Sentir las piernas cansadas no siempre es por exceso de peso o retención de líquido. Cuando se habla de “piernas cansadas”, “pesadas” o “hinchadas” en realidad se habla de un problema muy común en las mujeres: el edema. 

¿Qué es un edema?

Se trata de una acumulación excesiva de líquido seroalbuminoso en el tejido celular que se caracteriza por un aumento en el grosor de las piernas. Su crecimiento se debe a distintas variables relacionadas con el funcionamiento general del cuerpo. En otras palabras, el edema es siempre un síntoma de una enfermedad mayor.

Los edemas  más habituales se presentan en las piernas porque son ellas las que reciben todo el peso del cuerpo. Sin olvidar la acción de la fuerza de la gravedad que  estimula la concentración y el movimiento de los líquidos en los miembros inferiores.

Ante la primera duda, los médicos aconsejan estudios para descartar problemas serios que involucren órganos vitales como el corazón o los pulmones, tal como publica el sitio revistabuenasalud.cl.

Señales a tener en cuenta

No es una condición “sine quanom” que  actúen simultáneamente.

- Calambres: es un síntoma clave en la aparición de edemas. En la mayoría de los casos, éstos preanuncian la dolencia. Pueden suceder durante un entrenamiento físico o en el período de descanso. Importante: hay ciertas situaciones que ayudan a la aparición de calambres. A veces, una posición incómoda sostenida por mucho tiempo puede ser la causa principal de esta molestia. Es necesario observar en qué momento surge para que el médico pueda diagnosticar con mayor precisión.

- Pesadez: probablemente el calor y la presión atmosférica produzcan una sensación de pesadez en los miembros inferiores del cuerpo. Descartadas estas condiciones ambientales, si la molestia continúa es posible que se deba al mal funcionamiento de los líquidos sanguíneos de los vasos y arterias.

- Cansancio: actualmente, la rutina diaria produce un cansancio corporal generalizado. No obstante, si el agotamiento continúa a pesar del descanso, aumentan las probabilidades de que esa sensación sea una señal de alerta.

Las causas más frecuentes

1) Insuficiencia venosa. Este trastorno se presenta cuando existe una dificultad en el retorno venoso sanguíneo. La sangre de las venas retorna al corazón mediante dos sistemas comunicados entre sí. Cuando este proceso fisiológico se altera, se produce la insuficiencia venosa.

Por supuesto, usted no siente que su sangre y demás líquidos vitales cambian su recorrido habitual; sin embargo, su cuerpo le hará notar en pocas horas que se ha producido una anormalidad.

Tratamiento: al ser un problema localizado, el médico recurre a una medicación que corrige el flujo sanguíneo y estabiliza la circulación dentro del sistema venoso-arterial. Muchos apelan a los diuréticos (de venta libre) para tratar la insuficiencia venosa.

2) Menstruación. Durante el período menstrual, las modificaciones corporales hormonales  desatan innumerables procesos orgánicos entre los cuales se encuentra el edema de piernas.

Tratamiento: en este caso particular, no resiste mayor gravedad ya que al terminar el ciclo las piernas vuelven a su estado original. De no ocurrir es conveniente hacer una consulta y confirmar la causa del edema.

3) Embarazo. Al igual que en la menstruación, durante los 9 meses de gestación el cuerpo se acomoda a su nuevo estado y produce modificaciones internas. Por dentro, aumenta el líquido que circula por las venas debido a que el útero comprime el sistema venoso; luego, la sangre busca una alternativa para continuar su trayectoria y se expande fuera de las venas. Entonces, los cambios se exteriorizan de distintas formas. Una de esas formas es el edema.

Tratamiento: bajo ningún concepto se debe ingerir diuréticos. Son inconvenientes ya que reducen la circulación sanguínea en la placenta causando daño en el desarrollo del embrión. El médico especialista es el más indicado para decir qué hacer en esta situación.

Una solución posible e inocua para el bebé, que sirve para minimizar el dolor de las piernas y disminuir la hinchazón, consiste en acostarse de costado con las piernas elevadas en un ángulo de 45 grados.

4) Sedentarismo e inmovilidad. Al caminar o al correr, los músculos de las piernas trabajan y ayudan a la circulación sanguínea. Si estos músculos están inactivos o se usan muy poco, el viaje de la sangre se dificulta y aparece la hinchazón. Un ejemplo claro es un largo viaje en tren, en avión o en auto.

5) Medicamentos. A veces, la ingesta de algunas drogas (para combatir la hipertensión, antidepresivos, hormonas, antiinflamatorios) genera edemas como efecto colateral.

6)  Alta concentración de sal en el organismo debido a la ingesta de comidas muy saladas.

7) Obesidad. Cuanto mayor es el peso que las piernas sostienen, mayor es la posibilidad de que se hinchen.

8) Otras causas. Si bien los motivos mencionados anteriormente son los más frecuentes, existen otros que también producen edemas en  las piernas.

- Trastornos en la glándula tiroidea. El exceso o la escasa actividad de la tiroides puede trastocar los índices de proteínas en la sangre y afectar  la circulación de los fluidos dentro y fuera de los capilares y vasos.

- Alergias, quemaduras, infecciones e inflamaciones. Estos cuadros repercuten en el volumen sanguíneo del área inferior del cuerpo y producen un desfasaje sanguíneo que provoca el edema.

- Insuficiencia cardíaca o hepática.

Es importante consultar al médico independientemente de cuáles sean las causas.