Las familias y los centros educativos son claves para el desarrollo del talento de los chicos, pero también hay múltiples actividades extraescolares que se constituyen en importantes espacios para impulsar estas capacidades, ya que son ámbitos de experimentación y descubrimiento de habilidades.

Un claro ejemplo de ello lo tenemos en The Brain Factory, una plataforma educativa que precisamente está destinada a través de sus programas a facilitar las herramientas que hagan posible ese buen uso de la inteligencia, según consignó el sitio Justifica tu Respuesta.

En The Brain Factory se ofrecen iniciativas con un alto valor educativo que no renuncian a la importancia del juego y la emoción como clave de su aprendizaje, a través de tres programas personalizados, entre los que destacan:

1. Kitsune. Programa de estimulación temprana 3D para niños de 3 a 5 años.

Está destinado a la etapa de educación infantil y cuenta con un excelente material multisensorial desarrollado por expertos de la prestigiosa Universidad de Oxford y que se desarrolla en tres grandes dimensiones:

Las matemáticas manipulativas

La educación emocional y las competencias emocionales como la empatía

La psicomotricidad a partir de manualidades o los juegos de equilibrio

2. Aloha Mental Arithmetic, matemática para chicos de 5 a 13 años.

Fomenta, sobre todo, la importancia del cálculo mental a partir de: una visión útil y divertida de las matemáticas, juegos de inteligencia para mejorar la concentración, memoria fotográfica y orientación espacial.

La idea es mejorar el desarrollo de la memoria a corto y medio plazo para aumentar la rapidez mental y predisponer a la resolución de problemas de manera satisfactoria y creativa. Por otro lado, también promueve la escucha activa, la habilidad de afianzar la atención plena y la predisposición de escuchar al otro.

3. Zinking Club, habilidades para el futuro de 9 a 12 años.

Tiene la particularidad de trabajar de manera competencial aspectos relacionados con: la resolución de problemas de manera creativa a través del trabajo cooperativo, fomento de la educación emocional y competencias emocionales importantes como la empatía, la asertividad, la resiliencia o el afrontamiento positivo del estrés, estrategias para perder el miedo a hablar en público, autoconfianza y la planificación personal.