Las malas condiciones climáticas dificultaban a última hora de este viernes la extinción del incendio en el rompehielos Almirante Irízar, pese a que un equipo de 30 hombres trabajaba en turnos rotativos para enfriar su sector externo y evitar que se propaguen los focos que persistían en su interior.
Cuatro barcos de la Armada trabajaban ayer en cercanías del rompehielos para bajar la temperatura del buque que se incendió el martes último en alta mar, mientras un grupo de peritos aguardaba para evaluar los daños que sufrió la embarcación.
Las condiciones meteorológicas, con vientos de moderados a fuertes y un intenso oleaje, persistían ayer en la zona, lo que dificultaba la actividad del aviso Suboficial Castillo, buque que posee un sistema hidrante que acelerará el proceso de enfriamiento.
Las maniobras de remolque del Irízar a la base naval de Puerto Belgrano continuaban demoradas, además, porque los peritos intentan determinar la flotabilidad del barco.
Un vocero de la Armada destacó que el remolque del Irízar a Puerto Belgrano podría tardar varios días, debido a las condiciones climáticas, mientras el capitán Guillermo Tarapow, regresó ayer al rompehielos para trabajar en la evaluación del siniestro.
En tanto, el juez federal Ricardo Sastre, que investiga las causas que dieron origen al incendio, no descartó que una falla humana haya sido lo originó el fuego, tras haber tomado testimonio el jueves a 13 suboficiales que estaban en la guardia del barco.
El magistrado sostuvo en declaraciones a Télam que "los que fabrican las máquinas son personas", al referirse a las posibles causas del incendio que destruyó gran parte del rompehielos. Sastre indicó que aún "falta tomar más testimonios de personas que ahora están embarcadas", y advirtió que Tarapow "también puede ser citado a declarar".
Una fuente de la Armada dijo a Télam que el capitán "está decidiendo ir a Rawson para declarar ante el juez", aunque aseguró que "no quiere desembarcar en Puerto Madryn sino en Buenos Aires".
La Armada indicó que también fue necesario realizar el mantenimiento de los motores fuera de borda de los botes neumáticos, utilizados ayer en forma intensa, para asegurar la movilidad de los marinos que trabajan en la extinción del fuego.
El organismo naval explicó que "se trabaja por equipos, lo que permite la rotación del personal, quienes van desde popa a proa asegurando perímetros libres de siniestros".
En el Irízar trabajaban ayer su capitán y 30 hombres de dotaciones de las Unidades Navales, junto con personal de la Agrupación Buzos Tácticos y del Servicio de Salvamento de la Armada.
En la zona estaban el destructor Almirante Brown, las corbetas Robinson y Granville y el aviso Suboficial Castillo, mientras el aviso Gurruchaga continuaba su navegación hacia la posición del rompehielos.
En tanto, el jefe del Comando Sur de Estados Unidos, almirante James Stravidis, se reunió con la ministra de Defensa, Nilda Garré, ante quien destacó "el profesionalismo que las Fuerzas Armadas demostraron en el rescate de la tripulación del Irízar" y ofreció "ayuda y apoyo tecnológico" para la restauración.
La puesta en funcionamiento de este emblemático barco es clave para las actividades que se desarrollan en la Antártida, ya que realiza los relevos de los militares apostados en las bases y traslada científicos a esa zona austral.
Fuente: Télam


