La succión digital es esperable durante el primer año de vida hasta aproximadamente los dos años, aunque ya no de manera constante. Después de los 3 años puede considerarse sintomática: una manifestación de angustia y ansiedad.

Constituye una actividad autoerótica con la que la criatura busca reaseguramiento a la vez que expresa su necesidad de contacto corporal y emocional.

Hemos observado que estos niños retraídos que se sienten desamparados necesitan más contención emocional de su familia que otros.

La succión continua expresa –inconscientemente para el niño- la vivencia de aquello que se ha tenido y se ha perdido en épocas tempranas (primeros meses de vida), como la continuidad con el vínculo materno, afecto, seguridad, cuidado, etc. Es una manera de defenderse frente a la irrupción de ansiedades tempranas derivadas de la separación con su madre o sustituto.

Dos formas del hábito

Observamos una succión primaria y otra secundaria.

Una comienza en los primeros meses de vida continuando más allá del período aceptable y la otra es desencadenada por una situación traumática puntual. Por ejemplo, la separación de los padres, muertes en la familia, mudanzas, nacimientos de hermanos, enfermedades de los padres, enfermedades del niño, problemas escolares, situaciones de violencia, accidentes, etc.

Consecuencias

A menudo produce hundimiento y ensanchamiento del paladar y la parte del dedo que se apoya en los dientes hace palanca y eleva el sector anterior superior hacia afuera; en el maxilar inferior el sector anterior produce el volcamiento de los dientes hacia adentro.
Puede dañar mucho la piel y producir ulceraciones en los dedos, a veces estos pierden la forma y quedan delgados.

La succión digital es un síntoma con raigambres emocionales que revela en la mayoría de los casos la existencia de un vínculo simbiótico entre la madre y el niño cuya separación trae aparejada la irrupción de ansiedades en el pequeño que lo atemorizan; la defensa frente a las mismas lo vuelca hacia “la succión”.

Cómo tratarlo

Es conveniente consultar al especialista antes de que se produzcan daños en la boca, los dientes, y los dedos.

Cuando esta conducta no es tratada en la infancia, en la adultez (si bien se puede generalizar) estas personas necesitan permanentemente de calor y reaseguramiento, muchas presentan depresiones y aspectos fóbicos.

A nivel caracterológico las personas de este tipo ruegan, exigen mucho, no renuncian a su objeto y se adhieren a él por “succión”. La adhesión a sus objetos hace pensar que durante el período de lactancia el temor a perder a su madre (o sustituta) fue especialmente intenso.

Consejos para los padres

- Estar informados sobre los problemas dentarios y psicológicos que puede traer esta conducta si persiste más allá del tiempo indicado.

- Evitar reemplazar el dedo por otro apaciguador. Chupete, sabanitas, mordillos etc.

- Evitar cubrir los dedos con guantes o ponerle alguna sustancia desagradable.

- Contener a los niños y ayudarlos con las medidas de protección para no lastimarse los dedos.

- Recordar que la succión digital tiene un significado emocional propio para cada niño.

- Ayudar a los niños a pensar y discriminar de acuerdo a su edad sobre qué puede estar afectándolos emocionalmente para recurrir a la succión.

- Reconocer y aceptar los pensamientos del niño sentimientos y reacciones. Déjeles saber que para usted sus preocupaciones son primordiales y adecuadas.

- Explicar a los niños sobre las complicaciones orgánicas de esta práctica: malformación dentaria, lesiones en los dedos, carrillos y boca.

- Consultar a un especialista en el caso de persistir esta conducta.

Fuente: revistabuenasalud.cl