Las metas educativas hacia el 2021 proponen la incorporación del uso de la tecnología en busca del mejoramiento de la calidad de la educación y el currículo escolar; por lo que se vuelve necesario la innovación dentro de la currícula en el uso de herramientas y metodologías, cotidianas y llamativas, para las poblaciones de estudiantes actuales.

Uno de los puntos a reflexionar respecto a la incorporación de la tecnología en el aula es el uso de los teléfonos celulares como herramienta didáctica. Con respecto a este tema, surgen diferentes ideas respecto a las posibilidades que brinda el dispositivo, en base a experiencias y opiniones.

Si se le prohíbe el uso de los celulares, con el mismo criterio no se puede pedirles que usen la calculadora en una clase de Matemáticas; los profesores de inglés lo usan cuando necesitan traducir una palabra que no conocen; en Geografía se puede utilizar el dispositivo para tomar fotos a los mapas que se estudian, en Biología se puede trabajar desde el celular con las “wikis” para revisar conceptos de biología o los elementos de la tabla periódica, etc.

Son tantas las opciones en las cuales se puede incursionar haciendo del uso de los teléfonos móviles durante las clases, con una buena aceptación por parte de la población estudiantil, que parece que fueran una herramienta didáctica útil dentro del aula.

Por otra parte es sabido que los móviles constituyen un distractor importante de manera individual y grupal dentro de los salones de clases, por la cantidad de aplicaciones y usos en red de interacción e inmediatez, que pueden facilitar al alumnado; pero se comprueba que al ser utilizados bajo indicaciones de las personas profesionales docentes y en usos constructivos para el aprendizaje, podían ser de gran ayuda. Por el contrario, al negar por completo sus usos dentro de las aulas, se cortan las posibilidades innovadoras de los docentes en la implementación de una herramienta tecnológica como pueden ser los teléfonos celulares, dentro del currículo y la visión de los alumnos de usar los móviles como una herramienta educativa que además consideran como su mejor amigo.

Los teléfonos móviles son en la actualidad, pequeños computadores portátiles con casi las mismas cualidades y posibilidades que algunas computadoras nos ofrecen; o más y mejores en algunos casos de computadoras que vemos en los centros educativos ya obsoletos. Algunos padres y madres de familia o encargados, prefieren dotar a sus hijos de tecnologías móviles de última generación, que de libros; lo cual no puede llegar a ser tan malo si se les enseñara a tener una cultura de lectores e-books, aunque sabemos que un libro virtual no reemplaza uno físico, debemos enseñar tanto docentes como encargados, que la tecnología debe ser un aliado para la educación y no el enemigo al que se debe hacer frente.

Cuando algún estudiante pregunta: ¿Por qué no puedo sacar el celular en clase? Inmediatamente se piensa en un mundo de posibilidades que le pueden ser coaccionadas por una mala apreciación de una herramienta que es vista como distractor. Es preciso enseñar a las nuevas poblaciones a que aprendan a sacar el celular en las aulas para usos didácticos útiles y de aprovechamiento pedagógico, a que sean sus mejores amigos, con planeamientos actualizados que incluyan estrategias de investigación y actualización en línea, diversión, inclusión, entre otras posibilidades que los docentes con vocación pueden vislumbrar.