En 1887 el Congreso Obrero Internacional, que funda la Internacional Socialista en París, propuso y aprobó fijar al 1° de mayo como el Día Internacional del Trabajo en conmemoración al “acontecimiento de Chicago”. Se referían al sacrificio de ocho obreros estadounidenses condenados a la horca tras tomar la fábrica de Haymarket el año anterior, en reclamo de una jornada laboral de ocho horas.

En contacto con el periodista Juan Pedro Aleart de El Tres, el historiador Antonio Oliva, recordó aquel episodio que marcó al movimiento obrero y destacó que la Argentina fue incluso el primer país latinoamericano en celebrar el 1° de mayo en 1890 en, ni más ni menos, que Rosario.

La marcha convocó a unas siete mil personas y se inició en la plaza López hasta Urquiza y Entre Ríos, donde en aquel entonces había un gran predio donde solían instalarse los circos que llegaban a la ciudad.