El Tribunal Penal Supremo de Irak decidió posponer hasta el 11 de septiembre el juicio contra el ex presidente Saddam Hussein y seis altos cargos de su régimen por genocidio contra el pueblo kurdo durante la campaña Al Anfal, entre 1987 y 1988.

A la sesión de este miércoles, la tercera desde el comienzo del juicio el lunes, asistieron los siete acusados, incluido el primo de Saddam, Ali Hasan al Mayuid, conocido como "Alí el químico", así como los abogados de la defensa y de la acusación, según fuentes judiciales.

Poco después de la apertura de la sesión, el presidente de la Corte, el chiíta Abdala Al Ameri, comenzó a escuchar el testimonio de tres mujeres kurdas sobre la operación "Al Anfal".

La testigo Adiba Aula Baiz, de 45 años, relató su experiencia durante un bombardeo de la aviación iraquí contra la población de Bilisian, en la provincia de Suleimaniya, al norte del país durante el verano de 1987.

La mujer explicó que después de que una bomba cayera en la parte trasera de la casa, el cuerpo de su hija comenzó a arder y su piel a despegarse.

Aula agregó que tras la explosión su marido y ella percibieron un olor "asqueroso" como "a manzana descompuesta" que invadió el ambiente.

"Después, mi hija Naryus entró en casa, se quejaba mientras vomitaba sobre su ropa. La agarramos para meterla en casa y bañarla, nos dimos cuenta de que las armas que habían utilizado en el bombardeo eran químicas y tóxicas", dijo.

También relató cómo la llevaron al hospital y después la arrestaron, y afirmó que como consecuencia de los bombardeos había sufrido un aborto y que tres meses después su padre falleció.

Otra testigo, Badria Said Jadar, de 56 años, habló sobre la frecuencia con la que los aviones bombardeaban Bilisian y los efectos sobre la población.

"Algunos bombardeos nos hacían vomitar y nos lloraban los ojos, y otros debilitaban nuestra vista", explicó.