El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) expresó hoy "gran preocupación" por el impacto que la aguas estancadas pueden tener en los niños damnificados por el ciclón que arrasó el sur de Birmania (Myanmar).
La agencia especializada de la ONU destacó en un comunicado que una de las necesidades "más apremiantes" de los cerca de 1,5 millones de afectados es el acceso al agua potable, después de que grandes partes de la zona devastada quedaran anegadas por las lluvias y la subida del mar asociadas al ciclón.
"La falta de acceso a agua limpia y de malas condiciones higiénicas, junto a la falta de refugio y una mala nutrición, suponen un peligro adicional para unos niños que ya son vulnerables a la enfermedad y el hambre", señaló Unicef.
Los especialistas de la agencia en Birmania calculan que el 20 por ciento de los menores en las zonas afectadas del sur del país sufren de diarrea y alertaron de casos de malaria.
Unicef hizo llegar hoy un avión de las aerolíneas tailandesas a Rangún con tres millones de tabletas potabilizadoras de agua y tiene previsto que otras tres aeronaves con asistencia para los menores afectados por el desastre aterricen en Birmania en los próximos días.
Las tabletas que llegaron a territorio birmano pueden potabilizar cinco millones de litros de agua, con lo que se pueden satisfacer las necesidades de 200.000 personas, apunta el comunicado.
Unicef destacó que con las vías de comunicación bloqueadas por árboles caídos y escombros, las tabletas son mucho más prácticas que los intentos de repartir grandes cantidades de agua potable.
Al mismo tiempo, agregó que se han distribuido 15.000 equipos higiénicos, se entregarán otros 20.000 y hay planes para construir retretes portátiles en los campos donde se asista a quienes hayan perdido sus hogares.
Esa agencia de la ONU también ha solicitado 25,57 millones de dólares para proporcionar estos servicios básicos durante seis meses a la extensa población damnificada por el ciclón.
Fuente: EFE


