Unas tres mil personas penden del acuerdo al que pueda llegar el Estado con el dueño del terreno en el que viven hace años. Se trata de 12 hectáreas sobre avenida Sorrento entre Cullen y el arroyo Ludueña, en el norte rosarino. En principio fue ocupado por un grupo de familias que hoy suman cerca de tres mil personas. Ahora el propietario de las tierras las reclama aunque no descarta llegar a un acuerdo con el Estado y que éste las expropie.

En caso de no poder comprar el terreno, la Municipalidad deberá ver la forma de relocalizar a las familias, pero –consultado al respecto por el programa Radiópolis, que conduce Roberto Caferra por Radio 2– el secretario de Hábitat local Gustavo Leone reconoció que “es muy difícil reubicar a más de 1.200 familias”.

También advirtió que hace tiempo se estudia qué hacer con las familias afectadas y señaló que ya se han mantenido diferentes audiencias de las que participaron representantes incluso del gobierno provincial y nacional.

“Los dueños el único interés que tienen es lograr que el Estado les adquiera el suelo y les resuelva el problema; en ese marco están forzando la situación del desalojo”, observó aunque reconoció que es más fácil que el Estado adquiera las tierras antes que el dueño llegue a un acuerdo con los más de tres mil usurpadores. 

Existen antecedentes de expropiaciones de esta magnitud pero por el momento las tratativas parecen estar estancadas. Los casos más resonantes, tal vez fueron los de villa Banana y de la zona conocida como Puente Negro.