La isla se ha convertido en territorio hostil. Y no sólo por la quema de pastizales, que afecta el ecosistema de uno de los humedales más importantes del planeta. Sino por otra consecuencia de la “colonización ganadera”, que avanzó de la mano de la sojización de los campos ubicados en tierra firme: la muerte de vacas a la orilla del río por, vaya paradoja, falta de agua.
El testimonio –escrito y en imágenes– que envió Gabriela Pitton, una estudiante de Derecho, a Rosario3.com es escalofriante.
“El problema –relata– es que las vacas se acercan a las orillas para tomar el agua del río, caen por las barrancas y no pueden volver a subir, por lo que quedan condenadas a una muerte lenta y segura.
Es de una tremenda crueldad dejar agonizar a los animales literalmente pudriéndose a merced del rio y hasta parece una ironia oir hablar a nuestros gobernantes cuando se habla de que estamos en crisis de alimentos".
Eduardo Spiaggi, un veterinario consultado por Rosario3.com, explicó que es normal en época de sequía que las vacas vayan más lejos que lo habitual a buscar agua, se metan en lugares barrosos y queden atrapadas. Aunque aclaró que no puede certificar que este sea el caso sin verlo en el lugar.
El profesional no vio las fotos tomadas por Gabriela el 27 de julio pasado en la zona del arroyo San Lorenzo, unos tres mil metros al sur del puente Rosario-Victoria, que grafican un panorama absolutamente desolador.



