Los restos de Emiliano Sala, el futbolista argentino que murió el 21 de enero último en un accidente aéreo mientras se trasladaba de Nantes (Francia) a Cardiff (Gran Bretaña), fueron despedidos este sábado a la tarde en la localidad de Progreso con muestras de dolor y emoción.

La ceremonia comenzó a las 7 y se extendió hasta las 15 en el Club Atlético y Social San Martín de Progreso, situado en la avenida San Martín 117, donde el ex delantero del club Nantes comenzó su formación deportiva.

A cajón cerrado, el funeral comenzó con la familia junto al ataúd donde se encuentran los restos de Emiliano y desde temprano empezaron a llegar familiares, amigos y algunos vecinos de Progreso, un pueblo de 3 mil habitantes.

A las 15, los restos fueron despedidos por última vez entre llantos y aplausos colectivos. Diez minutos después, el cortejo viajó hacia la ciudad de Santa Fe. La familia del jugador pidió cremar sus restos después del velatorio, procedimiento que fue autorizado por las autoridades judiciales que intervienen en el caso.

Lifschitz dio su pésame

El gobernador Miguel Lifschitz llegó a las 13 a la localidad de Progreso para expresarles las condolencias a la familia del futbolista fallecido.

"Este es un día muy triste para esta localidad pequeña del departamento Las Colonias, conmocionada por esta realidad que le ha tocado vivir. Emiliano era un joven del que todos se sentían orgullosos aquí porque llegó a un lugar muy alto en el fútbol europeo en base a esfuerzo, trabajo, sacrificio", afirmó el mandatario.

En breves declaraciones a la prensa desde el Club Social y Deportivo donde se realizaba el velatorio, añadió: “No pasó por ninguno de los clubes grandes de Argentina. Directamente desde aquí viajó a Europa, la peleó durante varios años hasta que adquirió trascendencia. Fue haciéndose conocer de a poco y quizás en el momento más importante de su carrera, un accidente inexplicable acabó con su vida".

"Lo que sorprende es la muerte en un hecho desgraciado, inédito, imprevisto. A veces el destino tiene estas cosas y hay que aceptarlas. Afortunadamente se pudo rescatar el cuerpo, traerlo, así que se le va a dar la sepultura y estar rodeado de dolor y del afecto de su familia. Es un momento muy triste pero tienen el acompañamiento de toda la sociedad", agregó Lifschitz.

El adiós de todo un pueblo

Una bandera colgada frente al club dice "Nunca caminarás solo", mientras adentro más de una veintena de coronas y dos fotos en gigantografía del delantero decoran el salón.

En las cercanías del club hay un ambiente silencioso a pesar de la llegada de muchos medios internacionales, bajo un fuerte operativo de seguridad de la Policía de Santa Fe y de una empresa privada.

Raúl, árbitro de la liga de fútbol de Esperanza, que lo tuvo a Emiliano como jugador cuando era adolescente, llegó al funeral desde San Jorge, a más de 200 kilómetros de Progreso. "La verdad que tengo mucha tristeza, era un gran pibe", relató al tiempo que agregó que la mamá y la hermana de Emiliano se encontraban "muy compungidas" junto al ataúd.

Nacho, primo del padre de Emiliano y también oriundo de Cululú, el pueblo donde nació el jugador, contó tras salir del funeral: "Estoy muy triste, la familia está muy tocada, pero bueno son cosas de la vida. No llegamos a comprender cómo pasó esto, estamos doloridos", comentó. 

El cajón con los restos del futbolista llegó este viernes por la mañana desde Gran Bretaña y, del aeropuerto de Ezeiza, se lo trasladó en una camioneta hasta Santa Fe y luego en la madrugada hacia Progreso, donde se realiza la despedida.

Entre los presentes en el velorio, estuvieron el entrenador del Cardiff City de Gales, Neil Warnock, y el defensor del Nantes de Francia e íntimo amigo de Sala, Nicolas Pallois, el último club en el que jugó el argentino.

La avioneta Piper PA-46 Malibu que trasladaba a Sala desde Nantes a Cardiff desapareció el lunes 21 de enero cuando cruzaba el Canal de la Mancha, luego de que el club galés comprara la ficha del jugador al Nantes a cambio de 17 millones de euros.

El cadáver de Sala fue recuperado la semana última del fondo del Canal de la Mancha, en tanto aún no se encontró el del piloto.