Con el año nuevo, quedaron atrás las famosas mallas de alta tecnología utilizadas por los mejores de la natación. Al parecer, este tipo de traje de baño favorecía el desempeño de los deportistas en el agua. Incluso, según trascendió, desde que se comenzaron a usar, se establecieron más de 250 récords mundiales.

De acuerdo a lo publicado por la BBC, después de meses de debates y disputas legales, las autoridades de la natación decidieron deshacerse de estas mallas e introdujeron criterios estrictos sobre los tipos de tejidos, el espesor y el tamaño de los bañadores.

Según determinaron, los de hombre no pueden sobrepasar el ombligo o llegar más bajo de la rodilla; a los de mujer no se les permite cubrir el cuello o los brazos. Y todos deben tener aprobación oficial.

El nadador estadounidense Michael Phelps usó un traje de alta tecnología cuando ganó ocho medallas de oro en las Olimpiadas de Pekín, pero ha expresado su satisfacción por el retorno de los bañadores tradicionales: "Me gustan. Creo que uno tiene que esforzarse más, que estar en mejor forma", dijo.

Pero las cosas no quedaron ahí. Desde algunos sectores sugirieron que se establezca una diferencia entre los récords mundiales de los últimos dos años y los anteriores o los que habrá a partir de ahora.

Otros, como el Dr. Tom Waller, director del laboratorio de la empresa fabricante de trajes de baño Speedo, consideran que ésa sería una medida incorrecta: "El bañador forma parte del proceso, pero la verdadera diferencia está en los atletas, en su profesionalismo, sus esfuerzos, su dedicación y las horas que pasan entrenando", dijo.