¿Debemos seguir dependiendo de ese gas? Esta es una de las tantas preguntas que se realizaron los integrantes del Taller Ecologista de Rosario, en el marco de la situación endeble que presentan los recursos energéticos en el país. Como es su costumbre, propusieron alternativas a la problemática a través de un estudio del consumo de energía.

“Si nos planteáramos utilizar el sol para calentar sólo la mitad del agua caliente de los hogares del país no haría falta importar el gas que hoy llega de Bolivia”, sostuvieron como idea central en un comunicado. Y pasaron a explicar su postura.

Según la organización, se refuerza la idea de que se profundizará la crisis a partir del incremento de nuestra dependencia de los combustibles fósiles, en este caso gas. Argentina está extinguiendo sus reservas y necesitará importar cada día más, analizaron ya que, desde 2001 a la fecha, las reservas de gas de nuestro país cayeron un 40%.

“Si observamos además en qué se usa el gas en Argentina, veríamos que el 48% del total se destina a la industria y un 30 % al sector residencial”, ahondaron y agregaron que éste último, consume el 30% del total del gas en el país. “Cuando exploramos cómo se estructuran los consumos energéticos residenciales, podemos observar que aproximadamente el 25% de la energía usada en los hogares se destina al calentamiento de agua”, señalaron.

“Haciendo cuentas rápida –observaron –, esto significa (el 25% del 30%) que el 7,5% del gas que se utiliza en Argentina es para el calentamiento de agua.” Y se preguntaron: “¿Se podrá hacer de otra manera? ¿Debemos seguir dependiendo de ese gas?”

Una propuesta que ya es un proyecto

La indicativa de los ecologistas es instalar masivamente colectores solares en los hogares, mediante los cuales “se demostró ampliamente que es posible calentar el agua de uso sanitario hasta los niveles de temperatura de consumo, de modo que el gas requerido sea ínfimo o incluso nulo”.

Un proyecto de ordenanza al respecto fue presentada en 2005 pero, según denuncian “se encuentra en algún lugar del concejo deliberante, a la espera de ser aprobado”

Uno de los obstáculos para su implementación es, claro, el económico. Desde el Taller de Ecología presentaron sus objeciones al respecto: “Podríamos contar otros beneficios adicionales, como ser que los equipos podrían fabricarse en nuestro país, que esto generaría empleo, que haría falta desarrollar instaladores, mantenimiento etc., todo ello redundando en la posibilidad de generar empleo local”, apuntan a modo de soluciones.

“Entonces – preguntan a modo de cierre – ¿falta gas?, sí, claro que falta. ¿Sobra energía?, sí, sobra energía del sol que no estamos aprovechando fundamentalmente por las anteojeras de querer resolver un problema con la misma lógica que lo causó”.