En el Barrio Rojo de Amsterdam, Holanda, hay prostíbulos donde las mujeres están metidas en vitrinas para que los caminantes las contemplen al pasar. Un grupo de ellas se organizó para concientizar sobre la trata de personas.
Las chicas armaron una coreografía para captar la atención de los visitantes, más allá de los cuerpos, y registraron el momento en un video.
Al cierre de los pasos de baile, en una pantalla superior, se leyó el siguiente mensaje: “Cada año, a miles de mujeres se les promete una carrera como bailarinas en Europa del Oeste. Tristemente, terminan aquí. Pare el tráfico humano. Las personas no deben ser compradas ni vendidas".