Activistas de todo Estasdos Unidos adelantaron este viernes los preparativos para una "cumbre del pueblo", en paralelo a la reunión presidencial del Grupo de los Veinte (G-20), para pedir que los países pobres tengan un lugar en la mesa donde se abordará la reforma del sistema financiero internacional.
Mientras la mayoría de los líderes del G20 aterrizaron en Washington, una veintena de grupos de corte progresista prepara una "cumbre del pueblo" para este sábado.
Antes, una de las actividades planificadas es un "banquete" para indigente, con la idea de llamar la atención sobre la situación de los pobres del mundo.
"Si vienen pocos o muchos a nuestros actos, no importa. Sólo queremos demostrar resistencia y oponernos a un sistema capitalista que claramente nos está fallando, porque ha beneficiado a unos cuantos países ricos, en detrimento de los demás", dijo Samantha Miller, miembro del grupo "Estudiantes para una Sociedad Democrática", de Los Angeles (California).
"Creemos que existen alternativas, como las cooperativas, que deben explorarse. El mundo está sufriendo por culpa de unos pocos", agregó.
Este sábado la coalición de activistas realizará al mediodía una protesta y una marcha en el Parque Murrow, así como un "foro popular" sobre la crisis y la discusión de "visiones alternativas" al sistema de libre mercado, entre otros actos, dijo Miller.
Ya cerca de una veintena de activistas de la agencia humanitaria Oxfam International realizó hoy una protesta en el Parque Lafayette, frente a la Casa Blanca, para exigir que el G-20 no margine a los países pobres, que "se llevarán la peor parte de la crisis", ni se vaya de Washington sin un compromiso firme para ayudarles.
"El G-20 representa al 90 por ciento de la economía mundial, pero son solo 20 países, de cerca de 200 en el mundo, y los entre 1.000 y 2.000 millones de pobres del mundo no están representados", declaró Gawain Kripke, portavoz de Oxfam International.
El G-20 está integrado por la Unión Europea, el Grupo de los Siete (G-7, EE.UU., Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia) y Corea del Sur, Argentina, Australia, Brasil, China, India, Indonesia, México, Arabia Saudita, Suráfrica, Turquía y Rusia.
"Cualquier acuerdo que salga de esta reunión tiene que incluir ayudas para los países más pobres. Los países ricos tienen la obligación de cumplir con sus promesas de dar asistencia para el desarrollo" de las naciones emergentes, insistió Kripke.
Según el activista, la crisis económica ya ha sumido en una mayor pobreza a 100 millones de personas, y la "gente pobre tuvo poco que ver con la creación de esta crisis".
"Los pobres cargarán con la peor parte, ya sean las familias echadas de sus hogares en Detroit o los niños que mueren en Mali por falta de cuidado médico básico", enfatizó.
Mientras la mayoría de los líderes del G20 aterrizaron en Washington, una veintena de grupos de corte progresista prepara una "cumbre del pueblo" para este sábado.
Antes, una de las actividades planificadas es un "banquete" para indigente, con la idea de llamar la atención sobre la situación de los pobres del mundo.
"Si vienen pocos o muchos a nuestros actos, no importa. Sólo queremos demostrar resistencia y oponernos a un sistema capitalista que claramente nos está fallando, porque ha beneficiado a unos cuantos países ricos, en detrimento de los demás", dijo Samantha Miller, miembro del grupo "Estudiantes para una Sociedad Democrática", de Los Angeles (California).
"Creemos que existen alternativas, como las cooperativas, que deben explorarse. El mundo está sufriendo por culpa de unos pocos", agregó.
Este sábado la coalición de activistas realizará al mediodía una protesta y una marcha en el Parque Murrow, así como un "foro popular" sobre la crisis y la discusión de "visiones alternativas" al sistema de libre mercado, entre otros actos, dijo Miller.
Ya cerca de una veintena de activistas de la agencia humanitaria Oxfam International realizó hoy una protesta en el Parque Lafayette, frente a la Casa Blanca, para exigir que el G-20 no margine a los países pobres, que "se llevarán la peor parte de la crisis", ni se vaya de Washington sin un compromiso firme para ayudarles.
"El G-20 representa al 90 por ciento de la economía mundial, pero son solo 20 países, de cerca de 200 en el mundo, y los entre 1.000 y 2.000 millones de pobres del mundo no están representados", declaró Gawain Kripke, portavoz de Oxfam International.
El G-20 está integrado por la Unión Europea, el Grupo de los Siete (G-7, EE.UU., Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia) y Corea del Sur, Argentina, Australia, Brasil, China, India, Indonesia, México, Arabia Saudita, Suráfrica, Turquía y Rusia.
"Cualquier acuerdo que salga de esta reunión tiene que incluir ayudas para los países más pobres. Los países ricos tienen la obligación de cumplir con sus promesas de dar asistencia para el desarrollo" de las naciones emergentes, insistió Kripke.
Según el activista, la crisis económica ya ha sumido en una mayor pobreza a 100 millones de personas, y la "gente pobre tuvo poco que ver con la creación de esta crisis".
"Los pobres cargarán con la peor parte, ya sean las familias echadas de sus hogares en Detroit o los niños que mueren en Mali por falta de cuidado médico básico", enfatizó.


