En Central, las declaraciones cruzadas entre el presidente Pablo Scarabino, el entrenador Carlos Ischia y el futbolista Cristian González, conformaron una verdadera trama de novela cuya temática abordada fue la continuidad del jugador en la institución.
Y si las declaraciones de Kily, asegurando que nadie de la dirigencia se había comunicado con él para reunirse y arreglar un nuevo vínculo, generaron que Scarabino e Ischia no coincidieran a la hora de justificar el porqué de esa demora en el contacto con el zurdo (el directivo afirmando que Ischia no lo tenía en sus planes, el técnico sugiriendo que Kily personalmente había renunciado en pos de ofertas más tentadoras), era lógico y hasta previsible que el final para esta historia fuera el alejamiento del volante del club que lo vio nacer.
Pero todo puede cambiar: anoche, circuló con fuerza el rumor de que las partes involucradas habrían dejado de lado esas rencillas improductivas para la institución y pondrían sus energías en la confección de un nuevo contrato. Por lo tanto, y de confirmarse esta posibilidad, habría más Kily co la casaca canalla durante el resto del año. ¿Qué ocurrirá? ¿Habrá final feliz para este auténtico culebrón rosarino?
Y si las declaraciones de Kily, asegurando que nadie de la dirigencia se había comunicado con él para reunirse y arreglar un nuevo vínculo, generaron que Scarabino e Ischia no coincidieran a la hora de justificar el porqué de esa demora en el contacto con el zurdo (el directivo afirmando que Ischia no lo tenía en sus planes, el técnico sugiriendo que Kily personalmente había renunciado en pos de ofertas más tentadoras), era lógico y hasta previsible que el final para esta historia fuera el alejamiento del volante del club que lo vio nacer.
Pero todo puede cambiar: anoche, circuló con fuerza el rumor de que las partes involucradas habrían dejado de lado esas rencillas improductivas para la institución y pondrían sus energías en la confección de un nuevo contrato. Por lo tanto, y de confirmarse esta posibilidad, habría más Kily co la casaca canalla durante el resto del año. ¿Qué ocurrirá? ¿Habrá final feliz para este auténtico culebrón rosarino?