Luego de que los vecinos del barrio quisieran linchar a su hermano por el supuesto abuso sexual de su sobrina de once años que tiene una discapacidad mental, Verónica dijo a Radio 2 que toda su familia está muy mal a causa de la violenta reacción de los vecino. “Fue una gran confusión. Lo único que queremos es que se pongan en nuestro lugar y nos den un poco de paz”, clamó la joven.

Es que ayer al mediodía, a partir del llamado de un vecino alertando a la policía acerca de una violación en la zona de Cullen y Rueda, el clima se espesó en el barrio. No sólo por el calor sino por el enojo exacerbado de los habitantes que munidos de puños, fierros y palos se apostaron frente a la vivienda para linchar al aparente violador.

“No entiendo qué fue lo que pasó, pero por lo que me dijeron mis hermanitas mi sobrina se puso nerviosa, corrió y un vecino que detectó el movimiento llamó a la policía denunciado el abuso”, relató Verónica. Al mismo tiempo que agregó que su hermano padece una adicción a las drogas desde hace 15 años y ayer estaba bajo el efecto de esas sustancias.

“Aunque estuvo preso no tiene antecedentes de abuso sexual, sólo robó por necesidad”, contó Verónica

Aunque unas horas después de que la policía lo pudiera retirar por la parte trasera de la vivienda el hombre quedó en libertad pero no pudo volver al barrio, porque la furia de los vecinos prometía terminar con él.

“Fue una gran confusión. Lo único que queremos es que se pongan en nuestro lugar y nos den un poco de paz”, concluyó la joven, aunque los vecinos parecen hacer oídos sordos a ese reclamo.

Esta madrugada arremetieron de nuevo contra la familia y quemaron el vehículo que el hermano de Cristian –Diego y papá de la nena discapacitada– usaba para trabajar.