Un reciente estudio revela que se han adelantado demasiado los objetivos y los contenidos escolares para niños muy pequeños, con lo que la educación preescolar se convierte en una especie de miniprimaria para niños que deberían estar aprendiendo, tal vez, cosas parecidas a las que les enseñan, pero de otra manera.

Básicamente esto es lo que dice una de las conclusiones de un reciente estudio dirigido por el profesor de la Universidad de Cambridge, Robin Alexander, la mayor investigación hecha a la enseñanza preescolar británica en 40 años.

En el informe de 600 páginas se recomienda retrasar el inicio de la educación formal hasta al menos los 6 años, como ocurre en muchos países europeos, donde los niveles educativos son más altos. No existen pruebas documentadas de que el temprano acceso a la enseñanza formal haga ningún bien a los niños y hay muchas pruebas de que en realidad puede ser nocivo.

Un aprendizaje mediante el juego y sin calificaciones resulta una forma más adecuada de ir introduciendo al niño en el mundo de la escuela. Los expertos aseguran que cuatro y cinco años es muy temprano para empezar a recibir una educación formal, estructurada en materias, y reclaman una enseñanza que les ayude a construir sus destrezas sociales, su lenguaje y su confianza a través de juegos, o simplemente hablando con los niños.

Los expertos del Cambridge Primary Review advierten de que tratar de imponer demasiado pronto un programa formal puede originar en los alumnos un efecto contraproducente y generar rechazo al colegio.

El informe también pide que se abandone el sistema de evaluaciones nacionales, asociadas a programas demasiado rígidos, en los que se pone excesivo énfasis en lectura y cálculo, olvidando otras materias.

Muchos docentes se ven obligados a privilegiar el aprendizaje de la lectoescritura y los números presionados por la necesidad de elevar el nivel educativo, concluye el informe.

Fuente: Infancia Hoy