Entre las muchas complicaciones que generó el temporal, no estaba exenta la cuestión de la seguridad. No, esta vez la preocupación central no eran sólo los robos sino también la posibilidad de accidentes, ya sea por los cables que pudieran haber quedado sueltos o por las complicaciones en el tránsito. Por eso, con muchas comisarías aún incomunicadas, se dispuso un operativo especial que incluye a efectivos de Infatería y otras unidades regionales, a los que se agregan gendarmes para la custodia de la Circunvalación y los accesos a la ciudad.

Las unidades de Infantería, que vienen de la ciudad de Santa Fe, fueron destinadas al micro y macrocentro, en donde el tránsito era caótico tras la tormenta.

Por su parte, las 20 unidades móviles que llegaron de otras partes de la provincia fueron dispuestas en lugares problemáticos en donde no había luz o se habían generado muchos destrozos.

Fuentes policiales confirmaron que la caída de piedra y granizo afectó a casi 50 patrulleros y que varios policías que estaban en la calle –muchos de ellos respondiendo llamados de ayuda de gente afectada por la tormenta– terminaron heridos.