Un niño que pedía dulces en la noche de brujas tal vez obtuvo un premio inesperado: un anillo de diamantes.

Una mujer de Cincinnati piensa que perdió su anillo de bodas cuando arrojaba dulces a bolsas de los niños disfrazados que recorrían las casas pidiendo golosinas.

Según la tradición estadounidense, los niños salen este día a recorrer las casas de su vecindario disfrazados, con la frase "dulce o travesura", una amenaza en broma a los dueños de la casa.

Elizabeth Olson, de Terrace Park, dijo que había mandado agrandar el anillo y posiblemente éste se le deslizó del dedo cuando lanzaba las golosinas. Pidió que la gente esté atenta por si aparece el anillo y se lo devuelvan.