Las mordeduras de víboras a perros en las islas registraron un pico en las últimas semanas que alarman. Así lo aseguró al menos el veterinario Carlos Cossia, quien señaló que este año atendió 23 animales con ese síntoma, de los cuales 13 murieron. Y en lo que va de abril ya son 14 los canes afectados.
“Es algo muy creciente en este tiempo”, advirtió el especialista en diálogo con el periodista Sergio Roulier (La primera de la tarde, Radio 2).
Cossia señaló que el incidente se repite porque “el perro que criamos en la ciudad es pavote”. Entonces cuando el animal se encuentra en un entorno que desconoce en las islas y se topa con una serpiente, las “encara para jugar”, dijo.
“Un perro de la isla sabe que ese ruido que escucha es de una víbora y se va. Pero éstos más domésticos no. La mayoría llega mordido en la cabeza, porque el perro las encara y entonces los toman de frente”, analizó el veterinario.
Faltan sueros
Cuando el ofidio no es venenoso, la mordedura provoca inflamación o infección pero no es fatal. Caso contrario (la más común en los humedales es la yarará), el uso de suero antiofídico es indispensable.
Sobre ese último punto, Cossia señaló que los “mayoristas que nos proveen de drogas” tienen problemas con ese insumo, porque, en principio, se estarían exportando.
El fin de semana pasado, el veterinario contó que debió atender cuatro casos de pero “teníamos droga para dos y tuvimos que recurrir a un colega” para las otras dos dosis.
Más allá de eso, el especialista llamó a las familias a evitar llevar al perro a la isla o si no es posible, “tomar precauciones” de a dónde va el animal.
En caso de mordedura, “recurrir lo más rápido posible a un veterinario y conseguir suero antiofídico, si no se consigue, lo próximo es la muerte”, dijo Cossia, quien afirmó que no hay que tener miedo a la herida porque “no hay posibilidad que el veneno se transmita” y señaló que el suero para humanos es efectivo también.