Un ciudadano estadounidense con discapacidad mental que fue deportado por error regresó ayer a su casa, después de pasar tres meses en México, en un caso que ha provocado críticas contra la política de deportación de Estados Unidos.
Pedro Guzmán, de 29 años, fue deportado en mayo a Tijuana, México, desde una prisión estadounidense en la que se encontraba luego de ser identificado erróneamente como un residente ilegal en el país.
"El se encuentra en casa, comenzando lo que será un largo proceso de recuperación", declaró Mark Rosenbaum, director legal de la Unión de Libertades Civiles Estadounidense (ACLU, por su sigla en inglés) en el sur de California, grupo que ha demandado al Gobierno por la deportación de Guzmán.
El hombre fue encontrado el domingo último mientras intentaba regresar a Estados Unidos, y fue puesto bajo custodia de las autoridades en Calexico, California. Guzmán fue luego llevado a una cárcel en Los Angeles y un juez ordenó su liberación.
Durante su paso por México, Guzmán caminó cerca de 160 kilómetros (100 millas), comió desde latas de basura y se baño en ríos, señaló Rosenbaum.
Cuando llegó a México, Guzmán pidió prestado un teléfono para llamar a su hermana y decirle que había sido deportado. La llamada se cortó y, hasta esta semana, la familia no había tenido más contacto con el hombre.
Pedro Guzmán, de 29 años, fue deportado en mayo a Tijuana, México, desde una prisión estadounidense en la que se encontraba luego de ser identificado erróneamente como un residente ilegal en el país.
"El se encuentra en casa, comenzando lo que será un largo proceso de recuperación", declaró Mark Rosenbaum, director legal de la Unión de Libertades Civiles Estadounidense (ACLU, por su sigla en inglés) en el sur de California, grupo que ha demandado al Gobierno por la deportación de Guzmán.
El hombre fue encontrado el domingo último mientras intentaba regresar a Estados Unidos, y fue puesto bajo custodia de las autoridades en Calexico, California. Guzmán fue luego llevado a una cárcel en Los Angeles y un juez ordenó su liberación.
Durante su paso por México, Guzmán caminó cerca de 160 kilómetros (100 millas), comió desde latas de basura y se baño en ríos, señaló Rosenbaum.
Cuando llegó a México, Guzmán pidió prestado un teléfono para llamar a su hermana y decirle que había sido deportado. La llamada se cortó y, hasta esta semana, la familia no había tenido más contacto con el hombre.