Se calcula que el síndrome metabólico afecta a entre el 20% o 30% de la población adulta que aparentemente se encuentra sana. Esta condición se caracteriza por un conjunto de síntomas como aumento del azúcar y grasas en sangre, descenso del colesterol "bueno" (HDL), hipertensión arterial y obesidad abdominal. Es muy grave porque las personas que lo sufren tienen muchas posibilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes.

La resistencia a la insulina, que se presenta cuando algunos órganos del cuerpo dejan de responder a esta hormona, es una de las causas más frecuentes del síndrome metabólico.

Los investigadores del Instituto Karolinska de Suecia incluyeron a más de 4.000 personas de 60 años en su estudio. Al analizar su estado de salud y sus hábitos alimentarios, encontraron que los hombres y mujeres que no suelen desayunar, almorzar o cenar a un mismo horario tienen una cintura más ancha y un nivel de lípidos en sangre más alterado que los comensales ordenados. También se notó que el grupo de personas con costumbres irregulares desarrollan más frecuentemente una resistencia a la insulina.

Los especialistas suecos dijeron que esta es la primera investigación que demuestra la relación entre la regularidad de las comidas y el síndrome metabólico. Esperan que sus conclusiones promuevan la idea de que ciertos hábitos en la alimentación ayudan a prevenir este mal.

Fuente: Neomundo