El gobernador mendocino, Francisco Pérez, anunció este lunes mediodía que tres funcionarios de esa provincia se quedaron afuera de temas de minoridad por la muerte de Luciana Rodríguez, la nena asesinada a golpes, a pesar de las 16 denuncias previas por maltrato contra la madre y su pareja, que daban cuenta de la grave situación en la que vivía la pequeña.
“Comunico por este medio que la renuncia del Licenciado Fernando Herrera, director de Protección de Derechos del Niño de DiNAF, ha sido aceptada”, afirmó el mandatario a través de su cuenta oficial de Twitter.
Además, aseguró que fueron suspendidos dos funcionarios del Órgano Administrativo Local (OAL) de la Dinaf: Felipe Rafael Vizcarra, operador, y Vanesa Gianina Consina, coordinadora OAL Capital.
Por el momento, son los tres únicos funcionarios apartados luego del escándalo por la cruel muerte de la nena, de cuyo maltrato el Estado tenía conocimiento por lo menos desde 2011.
Mientras tanto, la fiscal especial Claudia Ríos investiga por qué hay 16 denuncias acumuladas sobre el maltrato que le propinaban a la menor, que dejan ver cómo funcionó el aparato de contención de esta familia considerada "en situación de calle".
Las denuncias son contra Jorge Gabriel Orellano Carrizo (36) , padrastro de la nena que hoy volvió a negarse a declarar, y Rita Evelin Estefanía Rodríguez Ríos (24), la madre.
Además de las denuncias hay dos limpiavidrios que se acercaron a la comisaría Tercera a denunciar directamente que habían sido testigos de cómo Orellano le pegaba a la nena, pero no les tomaron la denuncia. Días después –el martes pasado– la niña murió por un golpe en la cabeza.
También se sabe que preventores de la capital provincial constataron luego de una denuncia anónima, que la niña tenía “golpes en la cara y en el cuerpo" y le avisaron la policía.
Lo que más llama la atención es una denuncia que se hizo el 7 de enero, día que mataron a la nena, en el que una mujer volvió a decirle a la policía que maltrataban a Luciana. Un móvil policial llegó a las 22.30 a Entre Ríos 358 de la capital; donde habitaba la familia, y un policía informó que no había nadie en la casa ni en los alrededores. Decidió irse y no hacer nada. Minutos más tarde, Orellano llevó el cuerpo de la niña hasta una clínica cercana. La nena ya había muerto.
En general, las denuncias incluyen actuaciones de personal de tres ministerios: policías (Seguridad), funcionarios del OAL (Órgano Administrativo Local), de la Dinaf, (Desarrollo Social) y de la línea 102 de maltrato infantil (Salud).
La OAL es el organismo que se encarga de proteger a los niños en situaciones de riesgo y el gobierno provincial tuvo en cuenta, a la hora de decidir sobre los funcionarios involucrados, la falta de celeridad con que manejaron el caso, ya que demoraron cinco días es decidir si lo judicializaban o no. La niña fue asesinada antes de que resolvieran el trámite.
Además, una vez ocurrido el homicidio, la OAL demoró 15 horas para designar un cuidador que se ocupara de velar por las dos hermanitas de Luciana, que estaban en el hospital Notti.
Algunas de las denuncias de las que nadie se ocupó
La primera denuncia sobre la pareja detenida se produjo en 2008, antes de que naciera Luciana, cuando estaban en Amigorena al 100, limpiando vidrios y fueron detenidos con un arma.
El 18 de noviembre de 2011, a través de una llamada telefónica, alguien denunció que una niña (Luciana) estuvo a punto de ser atropellada por cuatro autos, en Federico Moreno y Entre Ríos. Los operadores de la línea 102, encargados de recibir denuncias sobre trabajo infantil, comunicaron la novedad al OAL.
El 30 de noviembre de 2012. Una denuncia anónima daba cuenta de que en Entre Ríos 358, un hombre le estaba pegando a una mujer que tenía una niña en brazos. Cuando llegó la policía no encontró nada.
El 8 de diciembre de 2012, un anónimo denunció que había ruidos extraños en la casa de la pareja y que el hombre golpeaba a una niña. La policía reportó "resultado negativo".
El 23 de diciembre de 2012, una vecina denunció que un hombre le pegaba a una mujer en la casa de la calle Entre Ríos. Una hora después, un policía reportó que no vio nada.