River hizo más que Racing pero no pudo reafirmar la paternidad histórica sobre su rival y fue 0-0 en el estadio Monumental. Los locales buscaron el triunfo pero no tuvieron ideas claras para doblegar a la Academia, que terminó el partido con diez por la expulsión de Franco Sosa, echado por el árbitro Gustavo Bassi.
La salida en el primer tiempo de Ariel Ortega, lesionado, terminó siendo clave porque los dirigidos por Diego Simeone a partir de esa situación perdieron en claridad y terminado siendo un conjunto muy desordenado.
La primera situación de peligro la tuvo River, en una jugada que inició Cristian Villagra, quien cedió para Diego Buonanotte, éste desbordó por izquierda, envió un centro pasado que bajó Sebastián Abreu para que Ariel Ortega empujar la pelota al gol pero apareció Marcos Cáceres para salvar a Racing.
Después de esa situación en River creció Ortega jugando por derecha, Buonanotte por izquierda ganaba cuando se lo proponía, pero Radamel Falcao no participó del juego, quedando muy aislado Abreu.
Por eso, el dominio ejercido por River se diluía con el correr de los minutos, pese a que la sensación en el estadio Monumental era que cuando se lo propusiera abriría el marcador.
Después de un descanso que se tomaron, los dirigidos por Simeone pasado los 20 minutos, se decidieron a ir en serio a buscar el partido. Lo tuvo Buonanotte, pero salvó Hilario Navarro. Luego casi la empuja al gol Abreu, pero salvó Adrián Bastía con lo justo dentro del área chica.
Cuando mejor jugaba River llegó una situación impensada, porque tuvo que dejar la cancha con una molestia muscular Ortega, algo que obligó a modificar a Simeone no sólo al mejor jugador de la cancha, ingresando Paulo Ferrari, sino que también el esquema táctico.
A todo esto los de Avellaneda deambulaban sin sentido dentro de la cancha y sólo la categoría de Maxi Moralez les daba una esperanza, como a los 33 minutos cuando el talentoso volante a pura gambeta dentro del área terminó su jugada con un remate que pasó cerca del ángulo derecho de Carrizo.
En los minutos finales, Buonanotte, ya en su función de enganche, aunque recostado sobre la izquierda, comenzó a hacer más diferencia y tuvo una situación clara, que pasó al lado del ángulo derecho de Navarro.
En el arranque del segundo tiempo Racing se adelantó unos metros en la cancha y se animó un poco más, generando peligro siempre con el solitario Moralez, quien en este equipo de Micó no tiene otra opción que arrancar la jugada y terminarla.
Lo de River en el comienzo fue todo confusión, porque el ingreso del chileno Alexis Sánchez por Augusto Fernández desordenó al equipo, que dependía exclusivamente de lo que pudiera hacer Buonanotte para generar peligro.
Tan malo fue lo de River en el segundo tiempo, que recién a los 23 minutos tuvo una chance de gol, con un remate Gerlo que pasó rozando el palo derecho del arquero Navarro.
Con desesperación River fue a buscar la victoria, pero chocó con los dos zagueros de Racing, quienes se transformaron en las figuras de la cancha, rechazando todo lo que les llegaba para mantener el cero en su arco.
Sobre el final del partido Racing se quedó con uno menos por la expulsión de Sosa y fue todo sufrimiento, pero como River fue todo impotencia terminó festejando el empate.
La salida en el primer tiempo de Ariel Ortega, lesionado, terminó siendo clave porque los dirigidos por Diego Simeone a partir de esa situación perdieron en claridad y terminado siendo un conjunto muy desordenado.
La primera situación de peligro la tuvo River, en una jugada que inició Cristian Villagra, quien cedió para Diego Buonanotte, éste desbordó por izquierda, envió un centro pasado que bajó Sebastián Abreu para que Ariel Ortega empujar la pelota al gol pero apareció Marcos Cáceres para salvar a Racing.
Después de esa situación en River creció Ortega jugando por derecha, Buonanotte por izquierda ganaba cuando se lo proponía, pero Radamel Falcao no participó del juego, quedando muy aislado Abreu.
Por eso, el dominio ejercido por River se diluía con el correr de los minutos, pese a que la sensación en el estadio Monumental era que cuando se lo propusiera abriría el marcador.
Después de un descanso que se tomaron, los dirigidos por Simeone pasado los 20 minutos, se decidieron a ir en serio a buscar el partido. Lo tuvo Buonanotte, pero salvó Hilario Navarro. Luego casi la empuja al gol Abreu, pero salvó Adrián Bastía con lo justo dentro del área chica.
Cuando mejor jugaba River llegó una situación impensada, porque tuvo que dejar la cancha con una molestia muscular Ortega, algo que obligó a modificar a Simeone no sólo al mejor jugador de la cancha, ingresando Paulo Ferrari, sino que también el esquema táctico.
A todo esto los de Avellaneda deambulaban sin sentido dentro de la cancha y sólo la categoría de Maxi Moralez les daba una esperanza, como a los 33 minutos cuando el talentoso volante a pura gambeta dentro del área terminó su jugada con un remate que pasó cerca del ángulo derecho de Carrizo.
En los minutos finales, Buonanotte, ya en su función de enganche, aunque recostado sobre la izquierda, comenzó a hacer más diferencia y tuvo una situación clara, que pasó al lado del ángulo derecho de Navarro.
En el arranque del segundo tiempo Racing se adelantó unos metros en la cancha y se animó un poco más, generando peligro siempre con el solitario Moralez, quien en este equipo de Micó no tiene otra opción que arrancar la jugada y terminarla.
Lo de River en el comienzo fue todo confusión, porque el ingreso del chileno Alexis Sánchez por Augusto Fernández desordenó al equipo, que dependía exclusivamente de lo que pudiera hacer Buonanotte para generar peligro.
Tan malo fue lo de River en el segundo tiempo, que recién a los 23 minutos tuvo una chance de gol, con un remate Gerlo que pasó rozando el palo derecho del arquero Navarro.
Con desesperación River fue a buscar la victoria, pero chocó con los dos zagueros de Racing, quienes se transformaron en las figuras de la cancha, rechazando todo lo que les llegaba para mantener el cero en su arco.
Sobre el final del partido Racing se quedó con uno menos por la expulsión de Sosa y fue todo sufrimiento, pero como River fue todo impotencia terminó festejando el empate.


