Sufrió, pero vale, le sirve para seguir prendido en campeonato. River venció por 2-1 a Quilmes en el Monumental, en un partido en el que volvió a sufrir por sus errores defensivos. Higuaín abrió la cuenta para el equipo de Daniel Passarella, empató Chatruc para los cerveceros y finalmente le puso cifras finales al marcador Paulo Ferrari.

No, River no esperaba que Quilmes, último en el torneo, se le plantara de igual a igual en Núñez. Pero esa fue la apuesta del equipo de Mario Gómez para llevarse un buen resultado y estuvo cerca de lograr el objetivo.

El partido empezó trabado en la mitad de cancha e incluso hasta con algunas aproximaciones peligrosas de Quilmes.

Ni Ortega, ni Belluschi aparecían. Tampoco Zapata por el sector izquierdo. Parecía que la primera etapa se moría con el 0-0, pero a los 41 apareció Gonzalo Higuaín, que tomó de aire un centro de Ortega y aprovechó la desatención del fondo de Quilmes para que River se fuera al descanso 1-0.

El local, con el ingreso de Gallardo por Mareque, levantó al inicio del segundo tiempo. Hasta que Zapata se hizo expulsar por protestar. Volvió el desconcierto y Quilmes encontró el empate a través de un golazo de Chatruc.

River tuvo que salir a buscarlo de nuevo y con uno menos. De contra pudo ser de Quilmes, pero el cervecero, cuando mejor jugaba, también se quedó con diez por expulsión de González Bordón.

Passarella sacó a Ortega y puso a Falcao buscando darle más potencia a su delantera. Pero fue un marcador volante el que le dio la alegría que buscaba: Ferrari, de cabeza, puso el 2-1 tras un centro de Higuaín. Y más allá de algún sufrimiento más sobre el final, River ganó y aún sueña.