Lindo botín se llevaron el o los ladrones que robaron en el cajero automático del Nuevo Banco de Santa Fe de Génova y avenida Alberdi: 160 mil pesos, en efectivo, claro. El robo fue realizado por verdaderos profesionales. O Quizás más que ello.

El cajero fue encontrado esta mañana abierto en su base, por donde se carga, y las cámaras de seguridad habían sido desviadas para que no fimaran hacia ese lugar.

Se barajan dos posibilidades: o quedó –lo dejaron– abierto o alguien abrió esa parte. Y para hacerlo se necesitan dos claves de seguridad de cinco dígitos cada una que muy pocas personas conocen. El cajero había sido cargado ayer con 250 mil pesos. Un hecho similar se vivió la semana pasada en Córdoba.

El cajero automático apareció con la puerta del depósito de dinero mal cerrada, pero no había sido forzada: "Aunque para abrirla se necesita una doble clave de cinco dígitos cada una, que supuestamente sólo conocen los responsables de recargar el dinero en la máquina", dijeron fuentes de la investigación. La Policía vincula el hecho a otros dos intentos de robos cometidos hace dos semanas en otros cajeros cercanos a las facultades de Ciencias Económicas y Ciencias Médicas.

El robo se produjo supuestamente durante la madrugada y los encargados de reponer el dinero quedaron bajo sospecha. La cámara de seguridad fue desviada para que no registrara las imágenes de los asaltantes.

Fuentes de la sucursal dijeron que anoche se habían cargado 250 mil pesos, y que tras descubrirse el robo, sólo quedaron 60 mil. El hecho es investigado por la comisaría 9ª de la Unidad Regional II e interviene la jueza Graciela Seda.

Esta semana, también se conoció un caso en Córdoba con características similares; aunque en ese hecho, los custodios encargados de reponer el dinero se dieron cuenta que no habían cerrado el cofre de los billetes. Cuando volvieron faltaban 300.000 pesos.