"Siempre he soñado con un gol así", dijo Ronaldinho sobre el que marcó este sábado en el triunfo por 4-0 del Barcelona sobre el Villarreal. Y es cierto que cualquiera, de chico, cierra los ojos y se imagina a estadio lleno parando de pecho un centro, y sin que la pelota caiga, girar, dar la espalda al arco rival y sacar una chilena inalcanzable para el arquero.

Más o menos así fue la maniobra del brasileño de la que todo el mundo habla y no se cansa de mirar una y otra vez.



La chilena es una jugada con origen incierto, aunque la versión más fuerte es la que habla de David Arellano, un futbolista que la patentó en 1927 durante un partido en España del Colo Colo de Chile, y de allí el nombre. Sin embargo, quien la popularizó fue el goleador brasileño Leónidas durante la década del 30.

Pero la de Ronaldinho es sólo la más reciente de una galería de inolvidables goles facturados de espaldas al arco. A continuación, una selección ordenada cronológicamente.

Una de las más recordadas por estos pagos es la de Enzo Francescoli, en un amistoso entre el River campeón del mundo y la selección de Polonia en 1986.



El mexicano Hugo Sánchez fue uno de los mayores especialistas. Cada vez que podía, se mandaba una de sus cabriolas en el aire. Aquí, una impactante volea ante el Athletic de Bilbao jugando para el Real Madrid.



El holandés Marco Van Basten también se suma con este impecable chilena al empalmar un centro de aire cuando jugaba para el Ajax.



El brasileño Rivaldo también se anotó en la lista de chilenas memorables, con ésta para el Barcelona que dejó al Valencia afuera de la Copa de Campeones 2000/1.



Una de las más recientes y en el ámbito local es la que mandó a la red Martín Palermo, para Boca, ante Banfield por el Apertura 2004. El Loco agarró un centro a la olla y la enganchó como venía.



Entre otras chilenas que quedaron marcadas en la memoria de los futboleros figuran la del Lagarto Juan Ramón Fleita, de Racing, marcándole a Vélez con Chilavert en el arco; la de Hernán Crespo, en River, por la Copa Libertadores 96 ante el Sporting Cristal de Perú; la del Galgo Dezotti, en Newell’s, ante Vélez en el campeonato de 1987 que luego la Lepra ganó; o la de Diego Latorre a River, para Boca en un torneo de verano a comienzos de los 90.