Una encuesta realizada por la National Rosacea Society de los Estados Unidos marcó que más del 76 por ciento de los pacientes que padecen rosácea sufren de baja autoestima y falta de confianza y muchos reportaron que esto los llevó a evitar el contacto público o actividades sociales. Por otra parte, cerca del 70 por ciento de las personas con rosácea severa, manifestó sentirse afectado negativamente en el ámbito profesional.

"Para prevenir estas situaciones lo más conveniente es seguir un tratamiento que adaptado a cada persona permitirá disminuir los síntomas, es decir el enrojecimiento, pero además evitar que la condición continúe progresando. No obstante, en este punto es importante hacer una salvedad: dado que la rosácea no tiene causa conocida, aún no contamos con abordajes curativos, sólo paliativos que dependiendo la edad del paciente, el grado de enfermedad con el que éste ´debute´ y el nivel de adherencia, serán más o menos efectivos", explicó la doctora Mónica Ibarra, médica dermatóloga.

"Cuando una persona no se trata -continúo la especialista- a medida que pasan los años esta patología puede agravarse, nunca retroceder. Esto no quiere decir que no existan períodos de estabilidad que incluso pueden ser bastante prolongados, pero en general el pronóstico tiende al empeoramiento".

Todos pueden padecer de Rosácea, aunque esta condición afecta principalmente a las personas adultas, en un rango que va entre los 30 y 60 años, encontrándose el pico entre los 40 y 50; lo cierto es que también la padecen adolescentes, hombres y mujeres por igual.

"Hay una leve preponderancia en las personas de tez blanca así como también en las mujeres aunque no es significativa. Con respecto a los varones, dado que suelen tener vasos sanguíneos más grandes, es frecuente que ellos presenten cuadros más avanzados o con mayores cambios en la forma de la nariz por ejemplo.

El enrojecimiento característico de esta condición, de apariencia similar al rubor o a las quemaduras solares se produce porque una gran cantidad de sangre fluye hacia los vasos sanguíneos de la cara y éstos se dilatan. Como resultado de este proceso, con el tiempo la piel se inflama y es posible que aparezcan granitos en la cara, razón por la cual muchas veces se llama a la rosácea "acné del adulto", pero la diferencia con éste es que no hay comedones.

"El primer signo al que hay que estar atentos es la sensación de ´cara caliente´. Cuando ésta persiste es necesario acercarse al dermatólogo para que pueda hacer los estudios necesarios e indicar un tratamiento. Esto tiene que quedar bien claro porque muchas personas consultan recién cuando aparecen los síntomas oculares que muchas veces son similares a los de la conjuntivitis alérgica".

"Aunque como ya fue dicho hoy no contamos con la posibilidad de curar la rosácea, llevando adelante un correcto abordaje y siendo persistentes podemos lograr que los pacientes permanezcan asintomáticos, es decir que sientan, por ejemplo, lo que experimenta una persona que no padece esta patología al ponerse colorado por vergüenza", refirió la doctora Ibarra.

Fuente: Pro Salud News