La salud parece explotar por todos lados. Si bien este miércoles se levantó finalmente el paro por tiempo indeterminado del personal no médico –que complicó absolutamente la atención en los hospitales provinciales– siguen abiertos varios frentes, como el conflicto con un sector de los médicos de los efectores municipales y el corte de servicios de algunos de los sanatorios privados más importantes de la ciudad, los del grupo Oroño, a la obra social Osde.

En los hospitales dependientes del gobierno santafesino la situación desde el viernes, cuando arrancó el paro de los no médicos, fue caótica. En el Provincial, donde la huelga del personal no médico por falta de pago a trabajadores contratados se extendió ya doce días, la desolación era absoluta.  Algo parecido pasaba en el Centenario, el hospital donde hay una crisis presupuestaria que hasta el Ministerio de Salud no tuvo más remedio que asumir.

En tanto, en la Salud municipal, un grupo de profesionales inició un nuevo paro porque considera que los aumentos que otorgó la administración Lifschitz no fueron suficientes, a pesar de que el intendente anunció que se descontarán los días de huelga.

Para colmo de males, la salud privada también aporta la suyo. El grupo Oroño anunció el corte de servicos a los afiliados a la obra social Osde por falta de actualización en los aranceles.