Cuando el próximo jueves, minutos antes de las 10 de la mañana, el presidente de Rosario Central, Pablo Scarabino, atraviese la puerta del juzgado Civil y Comercial número 8 de nuestra ciudad, seguramente no encontrará ningún gesto de satisfacción de parte de la jueza Liliana Giorgetti.

Es que la magistrada a cargo de la convocatoria de acreedores y, por ende, de controlar la administración del club que ejercen Scarabino y compañía, está disgustada con el dirigente por algunas determinaciones que éste y sus partenaires tomaron.

Por eso, en la audiencia que se celebrará en día, hora y lugar ya señalados, no habrá "palmaditas" en la espalda para el recién regresado de Portugal: se cree que Giorgetti le tomará a Scarabino una especie de examen, de cuyo resultado dependerá la continuidad del mandamás al frente de la institución.

Los temas a los que la jueza Giorgetti les prestará especial atención son dos: la toma sin autorización de créditos por un monto cercano a los ocho millones de dólares en Buenos Aires por parte del propio Scarabino y su ahora archirrival Gonzalo Estévez; y la letra chica del contrato que celebraron Central y Benfica de Portugal por la venta del jugador Ángel Di María, documento que la jueza no pudo ni siquiera tener entre sus manos.

Según trascendió, el malestar de Giorgetti es notorio y su disconformismo con algunas actitudes de Scarabino en las últimas semanas aun más. Tras la audiencia, la jueza tendrá más claro el panorama de los puntos ya citados, y solo resta aguardar cuál será su reacción ante las "excusas" que le esgrima el presidente auriazul.