Schiavi y sus diferencias discursivas con Caruso

Llamó la atención, mucho más que la predisposición para hablar con la prensa, las distancias entre el discurso de Rolando Schiavi respecto de las últimas declaraciones públicas del entrenador rojinegro Ricardo Caruso Lombardi. En los pasillos leprosos es vox populi; al Flaco no le agrada demasiado la constante exposición mediática del DT y no tiene problemas en hacerlo notar.

Basta una frase del capitán rojinegro para graficar esta situación, luego de la pregunta obligada sobre las repercusiones de los dichos del técnico canalla Leonardo Madelón acerca de la pobreza técnica exhibida en el partido Newell’s-Lanús y, sobre todo, la contestación de Caruso: “Hay que tener cuidado con las declaraciones porque no se llega a nada. A mí no me gustan estas cosas, por ahí se te puede escapar algo, pero si hablás todos los días después no sabés como corregir lo que dijiste porque hablás tanto que ni sabés lo que decís”. Teléfono para Lombardi.

Después, el Flaco profundizó sus expresiones sobre este cruce de declaraciones que calentó un poco el ambiente pre-clásico, más allá de las posteriores aclaraciones de Madelón: “Hoy por hoy, hay que ser muy cautos. Estamos en una ciudad en la que todos nos vemos y se trata de dos equipos grandes que están en una situación difícil. Las cosas están muy cambiadas y no hay que andar haciendo tanto circo, hay mucha soberbia. Cada cual con su club y con su equipo”.

Otra cuestión de la que Schiavi se separó claramente de su entrenador es la de la supuesta persecución arbitral denunciada por Caruso Lombardi luego de la actuación de Diego Abal ante Vélez y Carlos Maglio frente a Lanús: “No creo que haya ninguna persecución, fueron malos arbitrajes y nada más. En el momento de la calentura podés decir muchas cosas, pero el día después las pensás y ya no las podés decir más. ¿Qué vas a hacer? No podés hacerle una denuncia a un árbitro”.

Y luego amplió: “Lo de este fin de semana (refiriéndosae al choque con Lanús) no me pareció nada raro, nada de otro mundo, (Carlos Maglio) dirigió bien y nada más. Hay veces que, como nos pasa a nosotros, se pueden equivocar. Nosotros nos mandamos cagadas como todo el mundo, quejarse de los árbitros no sirve para nada, hay que pensar en otra cosa”.