El candidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, se refirió este domingo al debate televisivo programado para la noche entre algunos de los postulantes presidenciales y aseguró que “muchos de los que hoy piden un debate, antes no quisieron debatir“.

En declaraciones mediáticas brindadas al mediodía, Daniel Scioli lanzó esas críticas y recordó la negativa del jefe de Gobierno electo en Capital Federal, Horacio Rodríguez Larreta, “que no quiso debatir en el balotaje con Martín Lousteau” este año en ese distrito. Y la posición de Sergio Massa “que tampoco quiso un debate público con Martín Insaurralde” en 2013.

Al mismo tiempo, el candidato del FpV pidió discutir “ideas y cuáles son los grandes objetivos por delante” y reiteró que muchos radicales y socialistas “están incómodos” por las alianzas definidas por sus conducciones partidarias, señala la agencia Télam.

Además, argumentó: “Los debates toman muchas veces un tono de agresión, que no condice con el espíritu que yo siento que quiere la gente”.

"Yo lo respeto más allá de las buenas intenciones de la organización –aclaró–, no voy a ponerme a cuestionar. Voy a esforzarme cada día más para que la gente sepa que quiero ser presidente, cuáles son mis intenciones".

En otro orden, Scioli remarcó: “Quiero recrear el espíritu fundacional de nuestro espacio que es el frentismo” aseguró al convocar a esos sectores y al “electorado independiente” al tiempo que cuestionó a Mauricio Macri que “sostiene que las funciones del Estado hay que delegarlas en el marcado”.

“Nuestro proyecto es un Estado promotor e impulsor” explicó al tiempo que se rechazó la posibilidad de llevar adelante una devaluación: “la competitividad no tiene que venir de las grandes devaluaciones, sabemos lo que nos han costado esas medidas”.

“O vamos al ajuste o vamos a un proceso de crecimiento y nosotros nos proponemos que “el desarrollo es el próximo capitulo de este proyecto”.

“Nuestro país consiguió el repudio internacional a los fondos especulativos” afirmó en referencia a la aprobación de la iniciativa argentina para la creación de un marco regulatorio de deuda soberana aprobada en la ONU y se fijó como objetivo “traer inversiones y repatriar 200.000 millones de dólares que los argentinos tienen en el exterior”.