"El diagnóstico de los bebes es sumamente importante y hay que hacer por lo menos dos o tres pruebas para conocer si un bebe está infectado congénitamente -precisó la doctora Rita Cardoni, investigadora del Conicet en el Departamento de Investigaciones del Fatala Chabén-. En una primera etapa, en la que el bebe tiene los anticuerpos maternos que pasaron por la placenta y el calostro, no se le puede hacer el diagnóstico a través de los anticuerpos porque pueden ser los de la madre."

Las autoras de la investigación descubrieron que cuando el diagnóstico se realizaba con uno o dos controles antes del séptimo mes, sólo se descubría una pequeña fracción de los casos de transmisión congénita del Tripanosoma cruzi. Cuando los controles se extendieron hasta los 12 meses, la identificación de la infección se multiplicó aproximadamente unas cuatro veces, según precisan las autoras en la revista “Medicina”.

Los bebes desarrollan sus propios anticuerpos recién a partir del octavo mes, por lo que el seguimiento debe sostenerse hasta el año o el año y medio.

Si hay parásitos circulando por el organismo se indica un tratamiento supervisado con fármacos tripanocidas. "Es sencillo, gratuito y dura unos dos meses con muy buena tolerancia y mínimos efectos secundarios. Además, evita las complicaciones futuras y los problemas de discriminación, porque el parásito del Chagas está asociado con la pobreza", enfatizó Cardoni.

Si en los primeros siete meses no se encuentra el parásito, las expertas aconsejan realizar más controles a partir del octavo mes, cuando el bebe ya tiene sus propios anticuerpos y no habrá que depender del Tripanosoma cruzi circulante para confirmar la infección.

El estudio incluyó a 267 embarazadas infectadas, que vivían en una zona no endémica (el primer cordón bonaerense) y en casas sin vinchucas. Ninguna había viajado a áreas endémicas (norte del país) ni había recibido transfusiones en el embarazo.

Una encuesta realizada por la fundación en septiembre del año pasado en las maternidades públicas de la provincia reveló que había 200 madres infectadas y, en muchos casos, no se había hecho el seguimiento del bebe. Se estima que por cada caso diagnosticado hay entre 6 y 12 que no se detectan.

El equipo del INP usó una pequeña muestra de sangre de cada bebe para hacer tres controles: al 1°, 6° y 12° mes de vida. En algunos se extendió hasta los 18 meses. Cada control incluyó tres técnicas de análisis. Según la Organización Mundial de la Salud, la infección existe cuando se obtiene un resultado positivo en por lo menos dos de tres de esos análisis.

"El 11% de esas mujeres les transmitió la infección a sus hijos [...]. El diagnóstico negativo sólo pudo asegurarse a partir de los 10 meses de edad", concluye el equipo, integrado por la doctora Ana María de Rissio, jefa del Servicio de Diagnóstico del INP, y la bioquímica Karenina Scollo.