Con la excusa de estar con la autoestima baja, Janet, una mujer británica de 50 años, se operó los pechos, el rostro y volvió a vivir con su hija.

El cambio no sólo fue exterior, sino que la mujer empezó a comer mejor y vestirse como su primogénita.

Las operaciones siguieron con los parpados la nariz, y el relleno de labios. Jane, la joven de hija de la mujer, afirmó no sentirse molesta con el nuevo look de su madre a pesar que muchos creen que ella es la “hermana mayor”.