Tener GPS no implica salir a la ruta sin tener la más mínima idea. Es que si bien la herramienta es de lo más útil hay que tener cuidado. Por ejemplo, una pareja de Nevada se quedó tres días en mitad de ninguna parte por hacer caso del dichoso navegador.

John Rhoads (65 años) y su esposa, Starry Bush-Rhoads (67 años) se disponían a hacer un viaje. Eligieron en el GPS la ruta más corta y se lanzan a la travesía, con tan mala suerte de que ese atajo les lleva por un remoto bosque de Oregon. La nieve les dejó atascados y por poco no lo cuentan.

Salvaron la vida por varias razones, pero la primera de ella es porque, después de tres días, las condiciones atmosféricas cambiaron lo suficiente como para que su teléfono móvil cogiera una débil señal y pudieran enviar a la Policía las coordenadas que les ofrecía su GPS. Los agentes llegaron y remolcaron el vehículo.

Al menos, los rescatadores se lo tomaron con humor. "Eligieron la ruta más corta y ciertamente lo era... pero no era la más segura".

La pareja iba equipada con alimentos, ropa de invierno y agua (tal y como aconsejan para este tipo de viajes), lo que le permitió sobrevivir sin demasiadas dificultades.