Se reinició el proceso contra Saddam Hussein, acusado de genocidio de poblaciones kurdas, ante el Alto Tribunal Penal, con una hora y media de retraso.

Saddam y seis de sus ex colaboradores son juzgados por genocidio contra las poblaciones kurdas durante las campañas militares de An-anfal en Kurdistán, las que habrían dejado más de 180 mil muertos en 1987-1988. Todos podrían ser condenados a la pena de muerte.

El presidente del Alto Tribunal Penal resultó cuestionado por los kurdos y los shiítas que lo acusan de parcialidad, por su laxismo con respecto al derrocado presidente.

En la séptima audiencia, el jueves, el juez Abdalá Al-Amery, causó sorpresa afirmando que el ex presidente iraquí no había sido un dictador.

El miércoles, el procurador general Mounqith al-Farun había reclamado la dimisión del juez, reprochándole en particular su laxismo con respecto a los acusados. El juez había rechazado su demanda.