Una decena de palmeras fueron robadas pocas horas después de haber sido plantadas en un paseo público de la ciudad argentina de La Plata, para indignación de los vecinos y de las autoridades municipales.
"Lo peor es que las han sacado mal y lo más probable es que no sobrevivan a ningún trasplante", se lamentó el director de Espacios Verdes y Arbolado platense, Osvaldo Minervini, luego de prometer a indignados vecinos que "se van a reponer" las palmeras robadas.
Las palmeras, de la especie "Pindó", originaria del sur de Bolivia y Brasil y del noreste argentino, fueron plantadas el lunes pasado en un paseo público de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, y "ya no estaban" al día siguiente, apuntó.
En los últimos años han proliferado en Argentina los robos de placas y estatuas de bronce de las plazas y de alcantarillas de hierro de las calles de grandes ciudades, hasta el punto de que en varias de ellas las autoridades han cercado los paseos públicos y reforzado la vigilancia por las noches.
También se han multiplicado los robos de cables de telefonía y electricidad por parte de bandas que venden luego el cobre en el mercado negro.
El mes pasado, fue robada una estatua de bronce de unas cuatro toneladas de peso donada por Chile y levantada en la década de los años treinta en una carretera de la provincia de Mendoza. a 1.000 kilómetros de Buenos Aires, en homenaje a las víctimas argentinas y chilenas de un accidente ferroviario ocurrido en la zona.
"Lo peor es que las han sacado mal y lo más probable es que no sobrevivan a ningún trasplante", se lamentó el director de Espacios Verdes y Arbolado platense, Osvaldo Minervini, luego de prometer a indignados vecinos que "se van a reponer" las palmeras robadas.
Las palmeras, de la especie "Pindó", originaria del sur de Bolivia y Brasil y del noreste argentino, fueron plantadas el lunes pasado en un paseo público de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, y "ya no estaban" al día siguiente, apuntó.
En los últimos años han proliferado en Argentina los robos de placas y estatuas de bronce de las plazas y de alcantarillas de hierro de las calles de grandes ciudades, hasta el punto de que en varias de ellas las autoridades han cercado los paseos públicos y reforzado la vigilancia por las noches.
También se han multiplicado los robos de cables de telefonía y electricidad por parte de bandas que venden luego el cobre en el mercado negro.
El mes pasado, fue robada una estatua de bronce de unas cuatro toneladas de peso donada por Chile y levantada en la década de los años treinta en una carretera de la provincia de Mendoza. a 1.000 kilómetros de Buenos Aires, en homenaje a las víctimas argentinas y chilenas de un accidente ferroviario ocurrido en la zona.