El "príncipe" Michael de Sealand ha decidido poner en venta su isla artificial frente a las costas inglesas, considerada como el país más pequeño del mundo.

Mucho se ha discutido sobre la existencia o no de Sealand como estado independiente, sin embargo, el principado emite sus propios pasaportes y sellos de correos, acuña su propia moneda e incluso tiene una selección nacional de fútbol y una página web oficial. Puede accederse a él sólo por helicóptero y barco y se encuentra a once kilómetros frente a la costa de Harwich, en el condado de Essex, sureste de Inglaterra.

Sealand es uno de los fuertes que se construyeron en plena Segunda Guerra Mundial para la defensa británica. Durante el conflicto bélico, los fuertes construidos frente a las costas de Inglaterra sirvieron como base para derribar 22 aviones, estallar 25 bombas aéreas y evitar un ataque por submarino. Al terminar la guerra, los fuertes fueron desocupados, se los declaró inservibles y en 1956 se les retiró el armamento e instrumental militar, dejándolos vacíos y abandonados.

Sin embargo, en septiembre de 1967, un ex mayor del Ejército británico llamado Roy Bates se estableció con su familia en el lugar, lo proclamó su propiedad y se adjudicó a sí mismo el título de príncipe. Un año después, la Marina de guerra británica trató de expulsarle aunque sin éxito. Finalmente, un juez dictaminó que Sealand estaba más allá del límite de tres millas de las aguas territoriales del Reino Unido, por lo que escapaba al control del gobierno de Londres.

El "príncipe" Michael, de 54 años, en quien abdicó su padre en 1999 debido a su estado de salud, no puede ocuparse demasiado de su reino ya que pasa la mayor parte del tiempo en Londres. Su intención es vender la isla porque sostiene que han sido "sus propietarios durante cuarenta años y mi padre tiene ya ochenta y cinco. Tal vez hace falta una cura de rejuvenecimiento".