Maricel Bargeri
Arte, movimiento, naturaleza y espíritu: cuatro significantes que trazan el camino del Primer Festival Laboratorio Internacional Artes para el Desarrollo Humano que tendrá lugar del 3 al 8 de diciembre próximos, en el Delta del Tigre, provincia de Buenos Aires. El evento está organizado por la ONG Nirname, con sede en Barcelona.
Durante esos cinco días se desarrollarán seminarios diarios de Teatro Laboratorio, a cargo de Jessica Walker; Danza Butoh, con Atsushi Takenouchi; y Danza Contact Improvisación, con Autarco Arfini; todos ellos maestros internacionales.
Además, cada jornada incluye práctica de Yoga, espacios específicos para la aplicación de los trabajos, jams, performances, sopa-show (muestras libres, individuales o grupales en espacio escénico); y también tiempos libres para disfrutar del sol, el agua y las estrellas.
La invitación a este retiro intensivo está abierta a personas con o sin experiencia, e incluye alojamiento en dormitorios comunitarios y espacios para acampar.
“Es un festival-laboratorio en el sentido de que es tan experimental la propuesta que por eso se lo considera laboratorio. Y festival, porque es un formato de relación con los maestros y de convencía”, explica Autarco Arfini, uno de los maestros relacionados con la experiencia, entrevistado por Rosario3.com.
Quien es uno de los referentes nacionales de Contact Improvisación y, además, organizador de los cuatro encuentros latinoamericanos previos de la práctica, explica que la decisión de desarrollar el Festival en una isla del Tigre está relacionada con la necesidad de compromiso previo que requiere de los participantes.
“Se plantea la convivencia durante todo el evento. Y no como una experiencia aislada de un día o un rato. Entrás en un proceso diario de estar siete u ocho horas bailando, practicando, con actividades que comienzan a las 7:15 y se desarrollan todo el día, donde está todo programado, hasta la alimentación”, abunda Arfini.
“La propuesta reclama un cien por ciento de la persona que asiste. Es como ingresar a una olla a presión de trabajo, una invitación a un viaje profundo que puede ser un poco exigente pero la idea es ir juntos hasta donde cada uno pueda”, completa.
Como se trata de una iniciativa abierta, pueden sumarse aquellos que no tienen ninguna experiencia previa, tanto como quienes sí cuentan con alguna experiencia previa. “Todo eso se homogeniza”, avanza Autarco,
La inscripción puede efectivizarse hasta el mismo día del comienzo del evento, siempre y cuando “haya lugares disponibles”.
La misma puede realizarse a través de la página del Festival Laboratorio Internacional o bien, obtener más información en el perfil en Facebook del Fest Lab Internacional.
—¿Por qué se eligió la síntesis “artes para el desarrollo humano” como título del encuentro?
—Las tres disciplinas (Teatro Experimental, Danza Butoh y Danza Contact Improvisación) que de por sí no tienen que ver una con la otra, tienen un punto en común y es que durante la práctica requieren un estado de silencio interno. Dicho de otro modo, tienen que ver con parar la actividad racional cerebral y poner mucho del cuerpo, de no estar pensando. Y es ese punto en común educativo en el que pensamos cuando lo llamamos así. “para el desarrollo humano”. Sin ser un encuentro de meditación, apunta al autoconocimiento.
—El rigor de la cabeza no controla los movimientos..
—Las tres disciplinas no están en el diagrama de una coreografía, sino que parten de la observación interior: cómo estás, cómo te sentís y qué cosas te llegan en ese momento. Eso hace que uno se encuentre con distintas emociones internas, desde el cansancio hasta las ganas de saltar, baila o reírte; no importa el modo que puedas expresarte.
—Cómo se articula el hecho de que esas posibilidades están abiertas más allá de la experiencia previa
—El Festival apunta a que quien participa salga de allí de un modo más suelto, más liviano, que pueda manifestarse cada uno desde el nivel en el que está pero que pueda conectar con una expresión interna.
—¿Cómo trabaja el Contact en esa introspección emotiva por el cuerpo?
—Te diría que es un lenguaje totalmente vivo y muy joven porque tiene cuarenta años. Entonces está en constante desarrollo. Además, quienes lo crearon, lo soltaron, así esas ideas podrían crecer en relación a cada maestro a medida que cada uno fuera trabajando en ellas. Ese modo de comunicar con nosotros, con el otro, con el espacio, es algo físico. A pesar de que luego, sobre eso, van pasando muchas cosas. En este diálogo físico, se juega con palabras pero esas palabras están relacionadas con la fuerza de gravedad: con las caídas, las voladas, el equilibrio; y siempre en relación a la escucha de lo que está pasando en nosotros y con el otro. No necesariamente se baila en dúo, puede ser un grupo de quince personas, pero lo que sea que esté pasando, siempre es a través de la escucha y, partir de allí, la creatividad. Es una respuesta, que genera otra respuesta y se va edificando sobre lo imprevisto. Esto pasa por estar parado en un lugar, o pasa por la cuestión acrobática de ir volando de un hombro a otro. Te diría que es una práctica y es un modo de entender la dinámica del cuerpo, de entender cómo hacerlo mismo que hacés normalmente como por ejemplo ahora, que estamos hablando por teléfono.
—¿Cómo sería eso?
— Observar cómo, a partir de sostener el teléfono, vos torcés un poco el hombro, y se tensiona la espalda…es una conciencia fina del cuerpo. Al estar el otro también en este lenguaje se da un diálogo muy libre y que puede ir para cualquier lado porque no tiene un límite. Puede verte alguien y ver el tango, la capoeira o decirte que no estás bailando. Más allá de que, internamente, se están generando cosas.