Nahuel Guzmán: 7. Racing tuvo varias oportunidades y el arquero leproso las conjuró con solvencia. Astuto para salir a cortar y seguro para tapar su arco.

Marcos Cáceres: 4,5. En la primera etapa cometió algunas desconcentraciones que costaron situaciones en el arco de Guzmán. Luego ajustó las marcas, pero casi no pasó al ataque.

Víctor López: 7. Otra muestra del gran presente que atraviesa el zaguero cordobés. En el segundo tiempo le ganó en velocidad y le quitó la pelota a Viola, un jugador 15 años menor que él.

Gabriel Heinze: 7. Hizo un gran partido. No se guardó nada a pesar de estar muy justo en lo físico. Grandes cortes con su sello ante movedizos delanteros de la Academia.

Milton Casco: 5,5. Reguló energías y pasó poco al ataque, pero puso toda su velocidad y capacidad de anticipo al servicio de la marca.

Ever Banega: 6,5. No tuvo un partido brillante, pero buscó siempre la pelota, estuvo cerca del gol en dos oportunidades y luchó mucho en la mitad de la cancha, como en la jugada que derivó en el golazo de Trezeguet.

Hernán Villalba: 6,5. Hizo un gran trabajo, cortando muchos avances visitantes y distribuyendo la pelota con inteligencia.

Lucas Bernardi: 5,5. Se ofreció todo el tiempo para la descarga, pero no estuvo del todo preciso. Colaboró mucho con la marca.

Alexis Castro: 5,5. Hizo un gran desgaste, alternando todo el tiempo entre posiciones ofensivas y defensivas.

Ezequiel Ponce: 6. Falló una situación increíble en el arranque tras un remate de Banega en el caño, pero enseguida se recuperó y abrió el marcador aprovechando un centro de Isnaldo.

Eugenio Isnaldo: 6. Tuvo un muy buen arranque de partido, pasando por arriba a su marcador Gómez y tirando el centro para el gol de Ponce. Jugó un largo rato con el perfil cambiado y eso disminuyó sus posibilidades de seguir perforando.

Ingresaron:

Horacio Orzan: 6. Entró veloz, trabajador, y además generó un par de faltas cerca del área de Saja en el final.

Martín Tonso: 5,5. Cuando Racing intentaba presionar para llegar al empate, fue importante para sostener la pelota y llevarla lejos de Guzmán.

David Trezeguet: 7. Su definición en el tanto definitivo del juego, dándole un efecto a la pelota para que Saja nunca pudiera llegar, significa que su talento está intacto más allá de los achaques físicos.