En el marco del seminario internacional “Diagnóstico y experiencias para la disminución de la deserción estudiantil” se analiza un estudio realizado por la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación que revela que el porcentaje de abandono de los estudiantes fue creciendo en los últimos años y que en 2007 alcanza al 60%.

Las fallas del secundario y la situación económica son algunas causas de la deserción. La cartera educativa lanzó un ambicioso plan de becas como estrategia de retención. “El nivel de deserción es del 60%", confirmó Alberto Dibbern, secretario de Políticas Universitarias del ministerio de Educación, tras aclarar que “estos niveles se dan en un marco de ingreso laxo, en el que no hay cupos ni selección inicial”. “Lo que no implica que el curso de ingreso mejore los rendimientos” , enfatizó.

El 60 % promedio de deserción surge de analizar la evolución en los últimos cinco años de los ingresantes a todas las universidades del país, salvo la de Buenos Aires porque la información se encuentra en proceso, agregó Dibbern. En el estudio se señala que las regiones de mayor deserción son las del noreste, noroeste y sur. También se muestra que las carreras universitarias en las que hay mayor abandono son las de Ciencias Básicas, y que aquellas vinculadas a la Salud logran un mayor porcentaje de retención del alumnado.

Según consignó la agencia Télam, el ministro de Educación Juan Carlos Tedesco destacó el programa de 30.000 becas de $500 pesos por mes para carreras universitarias y $350 para tecnicaturas impulsado por el Gobierno “para empezar a enfrentar el problema de la deserción”. “También son necesarias transformaciones a nivel pedagógico, de planes de estudio, y títulos intermedios”, afirmó. Destacó que en la actualidad se suma otro fenómeno al de la deserción y es “la oportunidad que tiene un joven de trabajar, porque hace cinco años o estudiaba o estaba en la calle”.

El ministro insistió en que esta realidad “tiene que ver con la desinversión y con la falta de estrategias pedagógicas", y agregó que “muchas veces la universidad supone que es el alumno el que tiene que adaptarse”. “Los egresados del secundario -continuó- vienen con logros de aprendizaje muy bajos; entonces, el choque pedagógico cultural que significa pasar de la secundaria a la universidad es muy fuerte”, remarcó.

Fuente: Telam