"Hallamos que los hombres siguen teniendo más prevalencia que las mujeres, pero la brecha se ha reducido", señaló la doctora Amytis Towfighi, profesora asistente de neurología clínica de la Universidad del Sur de California y autora líder de uno de los dos informes publicados en Archives of Internal Medicine. "Para las mujeres ha aumentado y para los hombres se ha reducido".

Su estudio se valió de datos de dos encuestas nacionales realizadas entre 1988 y 1994, y entre 1994 y 2004. Aunque el 2.5 por ciento de los hombres y el 0.7 por ciento de las mujeres informaron sobre antecedentes de ataques cardiacos en la encuesta anterior, el 2.2 por ciento de los hombres y el 1 por ciento de las mujeres informaron sobe taques cardiacos en la encuesta más reciente.

El estrechamiento en la diferencia entre hombres y mujeres se explica fácilmente, según Towfighi. "De manera muy básica, los factores de riesgo se están controlando mejor en los hombres que en las mujeres".

En los hombres, los niveles de colesterol LDL (el "malo") permanecieron iguales entre ambas encuestas, mientras que los niveles de colesterol HDL (el "bueno") mejoraron. Los niveles de presión arterial mejoraron y menos hombres fumaban.

Las mejoras para las mujeres fueron marginales y los niveles de colesterol LDL permanecieron casi iguales. El único factor de riesgo que mejoró en las mujeres fue el colesterol HDL. El estudio halló que la diabetes y la obesidad aumentaron en hombres y mujeres.

"No sabíamos exactamente qué pasa en cuanto a los factores de riesgo mejor controlados. Las mujeres no se examinan con tanta frecuencia", reconoció Towfighi. Con más mujeres trabajadoras, dijo, los índices crecientes de obesidad y diabetes se pueden atribuir a las exigencias laborales que limitan su capacidad para hacer ejercicio y seguir reglas dietéticas.

Ya no se supone que las hormonas femeninas protegen contra la enfermedad cardiaca, aseguró. Los médicos le están prestando más atención a los factores de riesgo cardiacos en las mujeres porque "se ha señalado que las mujeres no están absolutamente protegidas contra la enfermedad cardiaca en la mediana edad, como habíamos pensado, y sabemos que se deben hacer más esfuerzos para reducir su riesgo", agregó Towfighi.

El otro estudio usó información de otro banco de datos que mostraba las tendencias en la mortalidad entre 1994 y 2006. Halló una reducción marcada en las muertes hospitalarias por ataque cardiaco en todos los pacientes, sobre todo entre las mujeres. Para las mujeres menores de 55, el riesgo de morir se redujo en 53 por ciento, que fue la mayor mejora notada. La menor reducción, de 33 por ciento, se vio entre los hombres menores de 55.

Un examen detallado de los factores de riesgo cardiaco mostró que "las mujeres experimentaron un menor empeoramiento que los hombres", aseguró Viola Vaccarino, profesora de medicina y directora del Programa Emory de investigación y epidemiología de los resultados cardiovasculares, autora líder del informe.

"Quizá los médicos le están prestando más atención a la detección y al tratamiento de mujeres que tienen enfermedad cardiaca", opinó Vaccarino. "Podría ser lo mismo que pasa con el público en general, que las mujeres se están volviendo más conocedoras del tema".

"Básicamente, ambos estudios muestran que sigue habiendo una brecha entre hombres y mujeres", señaló Nieca Goldberg, profesora clínica asociada de medicina del Centro Médico Langone de la NYU y vocera de la American Heart Association, AHA. "Ambos muestran la importancia de continuar prestándole atención al riesgo de enfermedad cardiovascular de las mujeres y al tratamiento de sus ataques cardiacos".

Fuente: Health Day