En una maratónica sesión que incluyó diecinueve horas de debate, el oficialismo logró este sábado la aprobación sin cambios en el Senado de la ley de servicios audiovisuales, que ya tenía la media sanción de Diputados. En la votación general hubo 44 legisladores a favor y 24 en contra. Y aunque la oposición intentó introducir modificaciones en la votación en particular, en esa instancia finalmente no se modificó ni una coma.

De esta manera, quedaron firmes puntos de la normativa que generaban polémica como el plazo de un año que tienen los dueños de medios para desprenderse de sus licencias y la conformación de la autoridad de aplicación, con mayoría oficialista, por mencionar apenas dos.

A los votos afirmativos del Frente para la Victoria se sumaron el del socialista Rubén Giustiniani, el tucumano de Fuerza Republicana, Carlos Salazar; los fueguinos del ex ARI, María Rosa Díaz y José Martínez; y la radical correntina María Dora Sánchez.

A la votación faltaron Roberto Urquía (PJ) y Norberto Massoni (UCR), de licencia por enfermedad, y Carlos Menem, del PJ disidente, que se fue del Congreso, y Emilio Rached, del radicalismo que llegó tarde al momento de votar. Carlos Reutemann y Roxana Latorre, al final votaron juntos en contra de la ley.

Dos votaciones, un mismo resultado

Desde las diez y media de la mañana de este viernes y hasta pasadas las dos de la madrugada de este sábado, cuando se realizó la votación general, fueron muchos los senadores que expusieron apasionadamente sus posturas, tanto a favor como en contra de la normativa.  

Derecho a la libertad de expresión e información, federalismo, monopolios, seguridad jurídica y garantías constitucionales fueron algunos de los temas tratados en los discursos de los legisladores. Hubo citas de especialistas y antiguos gobernantes, también fuertes acusaciones hacia legisladores que cambiaron de opinión a último momento, así como críticas y halagos al gobierno de Cristina Kirchner.  

Ya antes de que comenzaran las exposiciones quedó claro que el oficialismo no estaba dispuesto a modificar la norma y hacia el final de los discursos el kirchnerismo se mostró incluso cada vez más confiado de que tenía la cantidad de votos necesarios para que la iniciativa prosperara en la Cámara alta. Y lo logró: a la hora de la votación fueron 44 los legisladores que dieron el "sí" contra apenas 24 que rechazaron la norma.
Pero hasta último minuto la oposición confiaba en reunir los votos necesarios para modificar en la votación en particular algunos de los puntos más polémicos, algo que finalmente no sucedió. Poco después de las seis de la mañana se realizó la segunda instancia de votación: el texto se leyó artículo por artículo y aunque legisladores opositores e incluso algunos justicialistas sugirieron modificaciones, finalmente todos los ítems se aprobaron tal cual llegaron de Diputados.
Todos tuvieron algo qué decir
Los tres legisladores santafesinos estuvieron presentes en el recinto y votaron, pero solo dos hablaron. El socialista Rubén Giustiniani confirmó en su discurso que acompañaba la iniciativa pero se distanció de los Kirchner al aclarar que se avalaba el proyecto “desde la oposición” y que además en lo particular se iban a pedir varias modificaciones.  

Por su parte, desde el peronismo disidente el senador Carlos Reutemann consideró que se trataba de "una ley parcial que nace destinada a una enorme incógnita a futuro" y dijo que hubiera sido bueno encontrar "consensos más o menos estables que le permitan perdurar en el tiempo". La tercera santafesina en la Cámara alta, Roxana Latorre, no habló.  
Sorprendió el senador radical Gerardo Morales: luego de criticar duramtente la iniciativa se animó a pedir en su discurso que la Justicia investigue por supuesto cohecho a la legisladora Dora Sánchez, cobista que primero iba a votar en contra y sorpresivamente cambió su voto.

Uno de los legisladores que defendió férreamente el proyecto fue el santacruceño Nicolás Fernández, el primero en hablar en el recito. Aseguró que la libertad de expresión "está garantizada". El legislador kirchnerista apuntó además contra los empresarios de medios. Sostuvo que "el 80 por ciento de los contenidos están en manos de cuatro empresas. El secreto es no tener espacios paralizantes, porque esos espacios son ocupados por un sector de poder que concibe la idea de un Estado ausente y bobo".En la misma línea se expresó el jefe del bloque K, Miguel Angel Pichetto, quien fue el último orador.  

También justicialista pero con una postura intermedia, Guillermo Jenefes, titular de la comisión de Comunicación, habló a favor de la normativa pero luego la criticó. "Todos coincidimos en que la ley dictada por la dictadura tiene que ser modificada", planteó el legislador, quien a la vez subrayó algunos de los temas en los que no coincide. En concreto, alertó sobre las pequeñas empresas de cable del interior, que podrían desaparecer con esta ley, criticó la "excesiva intervención en contenidos" y además pidió que haya cambios para "dar seguridad jurídica". 

Entre los legisladores que criticaron el proyecto estuvo Hilda Chiche Duhalde, quien se mostró apesadumbrada y advirtió que la ley “iba a salir” pero de todos modos hizo escuchar sus quejas. "Yo no creo que se vaya a generar más libertad de prensa, lo que se va a propiciar es una enorme cantidad de juicios", advirtió. Y también se refirió a la composición de la autoridad de aplicación: "A mi me hubiera gustado que dependiera del Congreso". 

Por su parte, Juan Carlos Romero plantó que "la libertad es lo que nos va a hacer progresar, no el control de los medios. Este gobierno ha minado la seguridad jurídica y la confianza en este país. Y eso no se revierte haciendo leyes que restrinjan las libertades", disparó. E incluso comparó la situación argentina con la de Venezuela y Bolivia. "Estamos entrando tarde en ese proceso", planteó, irónico. "Espero que no limiten Internet, como en Cuba", agregó. También aportó Adolfo Rodríguez Saá: "La ley es mala no sólo porque es de la dictadura, sino porque es autoritaria".