El rector del Seminario Mayor de Santa Fe, Ricardo Mauti, manifestó que "es preocupante" la falta de vocación sacerdotal y recordó que hay menos de la mitad de los religiosos que se necesitan para la atención pastoral de
8.800 parroquias y capillas en más de 60 diócesis. 

En declaraciones a la prensa, y en relación con los informes dados a conocer por el Episcopado Nacional, adonde se expresa que la crisis se agrava cada vez más con el escaso ingreso a los seminarios, Mauti expresó que "en Santa Fe, la situación no es ajena, el número de inscriptos al seminario es cada vez menor". 

Por este motivo, los religiosos de las distintas parroquias de la ciudad hacen todos los domingos sus homilías en alusión a la falta de jóvenes que prefieren dedicar su tiempo a la vida sacerdotal. 

Este año, a diferencia de los anteriores, el seminario recibió cinco estudiantes (en 2006 sólo hubo un inscripto) y al respecto Mauti aseguró que "sabemos que es algo novedoso, pero también somos conscientes de que es una situación muy preocupante. Es hora de replantear lo que vive la Iglesia y hacerse cargo de las posibles fallas". 

De acuerdo a los informes a nivel nacional, la curva decrece a un promedio del 5 por ciento anual desde 1996, como consecuencia de los casos de abusos sexuales que involucran a clérigos y las críticas al celibato sacerdotal, entre otros factores. 

"Eso hace que repensemos cada vez más las cosas. Al observar importantes bajas en los votos sacerdotales, como así también en la vida consagrada de las religiosas, todos los curas comenzamos a cuestionarnos qué era lo que había fallado", indicó Mauti. 

"La vida de un seminarista, es una vida de sacrificio y dedicación. Los chicos que ingresan a la Iglesia para dedicar su vida a Dios, lo hacen después de realizar un discernimiento vocacional con los párrocos de su iglesia, una vez terminado el colegio secundario ingresan al Seminario Mayor y allí viven, estudian, tienen su oración y su vida comunitaria", recordó. 

"Además efectúan trabajos pastorales los fines de semana. El proceso formativo dura, en la mayoría de los casos, siete años; porque son tres de filosofía y cuatro de teología aplicada", añadió. "Hoy, la falta de compromiso, hace que cada vez haya menos sacerdotes. Asegurar tener una vida de celibato y los votos de la vida consagrada son cosas que tampoco ayudan a los jóvenes a tener una vida consagrada", puntualizó el rector del Seminario. 

Finamente, Mauti dijo que "vivir en una sociedad plenamente libre, hace que a los chicos les cueste más dar un paso hacia la fidelidad última de la Iglesia. Eso también es lo que experimentan los novios jóvenes que dudan antes de entregarse para toda la vida; lo mismo, pero con matices diferentes, vive la comunidad católica el día de hoy". 

Fuente: Télam