Elegir zapatillas fue el disparador. Más bien, fue la contradicción entre el deseo por un par exclusivo y muy caro y las convicciones “de izquierda” que aseguró, le hacen latir el corazón. Sol Pereyra llega a la Plataforma Lavaden para desgranar “Comunmixta”, su último disco solista en el que no sólo combina diversos géneros musicales sino que además, plasma con total transparencia su universo irregular, diverso, inconsciente y colectivo.

Radicada en México desde donde acompaña en sus giras a Julieta Venegas, habló con Rosario3.com desde Córdoba, la ciudad donde le dio forma y volúmen a la banda “Los Cocineros”. “No me caso con nadie”, señaló para describir en pocas palabras la mixtura del rock, el pop, algo de hip hoy y reggae en su disco. Los ojos verdes quedaron detrás el teléfono: “Igualmente me identifico más con el rock de la vieja escuela, no el rock de barrio pavotón, sí el poder divertirse y pensar al mismo tiempo”, explicó.

La canción homónima “Comunmixta” resume el espíritu de este segundo disco solista, donde a modo de declaración, confiesa: “Soy comunista y consumista. Creo en un dios, creo hasta en dos. Soy realista, soy bipolar. Creo en el cielo, creo en el mar. Soy lo mejor de lo peor”. El juego de opuestos repica en cada canción: “Vivo las contradicciones. Son las oposiciones las que me forman y le dan sabor a la vida”, indicó pero aclaró con rapidez: “Creo que es fundamental la coherencia pero lo otro, es inevitable”, observó.

Pereyra es capaz de enfrentar su lado B. “Soy transparente, mis letras son una carcajada. Me río de mi drama, más sufro más ridícula me veo”. A continuación, destacó: “En "Bla bla bla" –primer disco solista–me reía de mis desamores pero aquí lo hago también de la forma de mirar las cosas que tengo” y confesó su inclinación por la visión comunista del mundo que puede combinar con “verdaderos ataques de consumismo”.

“Sueño despierta”, respondió cuando se le consultó por la intromisión del “incosciente” en algunas estrofas. Para ello también tuvo una justificación: “Sin querer me vuelo”, continuó y contó que desafía la pluma a su propia inclinación por controlarlo todo: “Como muchas mujeres tengo esa tendencia y es por eso que trato de escribir muy rápido como hacían los surrealistas para después interpretarme”, precisó. Y ya no hay trucos en la magia: “Leo lo que escribí y me río”, aseguró. Una vez más, de sí misma.