La policía británica aseguró que el plan terrorista abortado en el Reino Unido para hacer estallar aviones en pleno vuelo tenía "dimensiones globales". El presunto ataque frustrado estaba diseñado para ser el mayor en suelo británico desde los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres, cuando 52 personas perdieron la vida y 700 resultaron heridas, según fuentes policiales. Los detenidos hasta este jueves eran al menos 24 y las fuerzas de seguridad buscaban a otros diez sospechosos.

En un principio, la Policía había informado de la detención de 21 personas en la madrugada en Londres y su área metropolitana y en Birmingham (centro de Inglaterra). Pero después el número se elevó a 24 y tras concretar el número exacto de arrestos, Scotland Yard agregó que los agentes continúan registrando varios inmuebles de Walthamstow (este de Londres), Birmingham y Buckinghamshire (afueras de la capital británica) en conexión con la trama.

Según Scotland Yard, participaban en la conspiración "un gran grupo de personas", cuya nacionalidad no se especificó, que planeaban introducir productos explosivos en varios aviones a través de aeropuertos londinenses, mediante el equipaje de mano.

El secretario de Seguridad Nacional de EEUU, Michael Chertoff, afirmó que dicho plan "apunta a una trama de Al Qaeda" -red acusada de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington-, aunque precisó que esa conclusión "no es definitiva".

En una rueda de prensa, el jefe de la unidad antiterrorista de Scotland Yard, el subcomisario adjunto Peter Clarke, explicó el número de vuelos que podrían haber sido afectados por la conspiración y su destino concreto continúan "siendo objeto de investigación".

Todos los sospechosos, que permanecen bajo custodia en comisarías de la capital, fueron detenidos por presunta comisión, preparación o instigación de actos terroristas en virtud de la ley antiterrorista del 2000. En este momento, los detenidos están siendo interrogados mientras continúan los registros en varios domicilios, precisó Clarke. Los arrestos han sido la culminación de "la primera fase" de una pesquisa que podría durar meses, indicó el subcomisario adjunto.

Durante esta investigación ha habido operaciones de vigilancia "sin precedentes" en este país, en las que se han controlado las "reuniones, movimientos, viajes, gastos y aspiraciones de un gran número de personas".La pesquisa llegó anoche a un "punto crítico" y las autoridades decidieron actuar sobre la información que tenían, informó el jefe de la brigada antiterrorista.

Clarke confirmó que los conspiradores planeaban introducir en "vuelos transatlánticos de pasajeros" a través del equipaje de mano artefactos explosivos que habrían sido fabricados en el Reino Unido. La cadena pública británica BBC ha afirmado, citando fuentes policiales, que se trataría de compuestos químicos que se habrían hecho estallar simultánea o progresivamente en unos 10 aviones con rumbo a Estados Unidos. En la rueda de prensa, el jefe de la brigada antiterrorista de Scotland Yard dijo que la investigación entrará ahora en una nueva fase, que conducirá "adonde lleven las pruebas".

Chertoff, el máximo responsable de la seguridad norteamericana, dijo que el plan llevaba la marca de Al Qaeda, la red fundamentalista que perpetró los atentados con aviones en Estados Unidos del 11 de setiembre de 2001. "Era sofisticado, tenía muchos miembros y era de alcance internacional. En ciertos aspectos era sugestivo de un plan de Al Qaeda, afirmó Chertoff en conferencia de prensa, aunque advirtió que la investigación estaba aún en sus inicios. Fuentes de la inteligencia estadounidense, citadas por la cadena CNN, dijeron que hasta 50 personas podrían estar involucradas en el plan y que las aerolíneas en la mira eran las norteamericanas United Airlines, American Airlines y Continental Airlines.