Los empresarios de albergues transitorios de la ciudad de Buenos Aires piden que la ley porteña que regula los telos se abra a nuevas experiencias. En este sentido, solicitan –para no perder clientes– que puedan ingresar más de dos personas a una habitación para disfrutar de un mismo turno. Sin embargo, el reclamo no es nuevo. Los titulares de moteles rosarinos hace tiempo que vienen batallando en esta dirección pero sin éxito. Pese a todo, los usuarios agudizan el ingenio y se las arreglan para dar rienda suelta a la fiesta.
Según publica el diario Crítica de la Argentina este lunes "la demanda para este tipo de encuentros sexuales puertas adentro de un telo son cada vez más frecuentes". Por eso, los dueños de estos lugares quieren que se habilite el ingreso de más de dos personas por pieza para no perder el negocio.
“Es muy común que vengan de a tres o cuatro personas, por día tenemos por lo menos cuatro casos. Comúnmente no pernoctan, sólo toman un turno. Vienen muchos fiesteros, a la gente le gusta el fetiche y no les da vergüenza”, retrata el encargado del motel Faraón de Capital Federal.
Cuentan que en su mayoría, las consultas llegan por teléfono. Los empresarios las contabilizan en un 70 por ciento y muchas veces los usuarios se enojan si se les niega el servicio. Según una estadística, lo que más se ven son los casos de dos mujeres con un hombre, o dos muchachos con tres o cuatro chicas.
Cama de tres en Rosario
En Rosario tampoco está permitido el ingreso de más de una pareja de personas por habitación. Incluso, pese a que ya ha habido ciertos cambios en cuanto a la integración de los gays en los espacios públicos y privados, no todos los albergues permiten la entrada de personas del mismo sexo para hacer uso de un turno.
En contacto con Radio 2, Enrique dueño del motel Stop que trabaja desde hace 28 años en el rubro, contó que "los empresarios quisieron formalizar un pedido para tener la categoría de albergue transitorio, pero tenían que instalarse pasando Pérez o Soldini".
En la ciudad hay 400 albergues transitorios y según el empresario los clandestinos superan el número de camas que tienen las oficiales y no cumplen con las ordenanzas vigentes que ponen el límite de una pareja por habitación.
"Un albergue tiene menos requisitos que un motel y aunque no debe puede infringir las normas", se quejó el empresario que además asumió que hay 370 prostíbulos que trabajan libremente sin que se los sancione.
En tanto, el empresario reconoció que en Stop abundan los pedidos de los clientes para ingresar de a tres o de a cuatro en las habitaciones pero lo que más prolifera son las trampas a la hora de querer hacerse una partusa. "Es común que entren dos parejas a habitaciones pegadas y que luego se intercambien, o que escondan a una persona en el baúl o en la parte trasera del auto y después cuando salen todos salen saludando aunque entraron escondidos", contó.


