La Junta Militar de Tailandia nombró  al general retirado Surayud Chulanont primer ministro interino del Gobierno, que, según se afirmó tras el golpe de Estado, guiará al país hacía la celebración de elecciones en octubre de 2007.

El nombramiento de Chulanont, antiguo jefe de las Fuerzas Armadas y miembro del influyente consejo privado del rey Bhumibol Adulyadej, se produjo doce días después de que las tropas golpistas depusieran al primer ministro electo, Thaksin Shinawatra.

Es probable que el nombramiento de Chulanont, unido por amistad al jefe de la junta militar, general Sondhi Booyaratglin, y al principal consejero real, Prem Tinsulanonda, sea bien acogido por el estamento castrense, dividido a raíz del intervencionismo de Shinawatra y por un amplio sector de la población.

Durante los diez meses de crisis política que precedieron al golpe de Estado, los detractores de Shinawatra mencionaron a Chulanont, uno de los más brillantes soldados de la moderna historia militar de Tailandia, como potencial primer ministro interino en el caso de que el monarca decidiera intervenir, lo cual no hizo.

El general Chulanont, de 63 años, está considerado un militar "reformista" que se labró buena fama por combatir la corrupción en el estamento castrense mientras fue jefe del Ejército, cargo desde el que desarrolló durante casi cinco años la llamada "purga de la mafia militar" para apartar del servicio a los militares corruptos.

Después de oponerse al deseo de Shinawatra de situar en puestos claves a militares de su entorno político, el general Chulanont fue cesado como jefe del Ejército y nombrado en agosto de 2003 jefe de las Fuerzas Armadas, cargo meramente ceremonial y que desempeñó hasta su jubilación, unos pocos meses después.

La toma de posesión de la jefatura del Gobierno provisional fue televisada por todos los canales estatales, pocas horas después de que el rey de Tailandia aprobara el nombramiento y sancionara la Constitución temporal propuesta por la Junta Militar.

Las nuevas leyes fundamentales otorgan al consejo de seguridad integrado por los jefes militares golpistas el poder de destituir al primer ministro y miembros del Gobierno, y también el de vetar el borrador constitucional que redactará un "comité de sabios", compuesto por un centenar de personalidades de diferentes ámbitos.

La citada comisión tendrá de plazo 180 días para completar la nueva Constitución, cuya aprobación será sometida a referéndum.

Tras la asonada que sorprendió a Shinawatra en Nueva York, la Junta Militar declaró la ley marcial, anuló la Constitución, prohibió las actividades políticas, incluidas las de los partidos legalmente constituidos, e impuso una estricta censura a los medios de comunicación.

También la Constitución interina, de 39 artículos, asegura la "inmunidad" para los jefes militares que intervinieron en el incruento golpe de Estado contra el Gobierno de Shinawatra, sobre el que se centra una amplia investigación por supuesta corrupción.

El principal cometido del Gobierno interino será preparar el terreno para las elecciones legislativas, que según afirmó la Junta Militar, tendrán lugar en octubre de 2007 después de que finalice el proceso que denomina "reforma democrática".

La Constitución anulada por la cúpula golpista fue redactada y aprobada en 1997 con el propósito de prevenir la endémica corrupción y dar transparencia a la gestión del Gobierno.

Shinawatra, ex oficial de la policía que se hizo sus primeros millones de dólares con la venta de ordenadores a las fuerzas de seguridad y se convirtió luego en multimillonario gracias al negocio de las telecomunicaciones, se encuentra en Londres y ha manifestado su intención de no regresar de momento a Tailandia.

Según un estudio preliminar realizado por el Instituto Nacional para el Desarrollo de la Administración, la sistemática corrupción durante la era Shinawatra costó al Estado tailandés unos 40.000 millones de bats (1.064 millones de dólares o 838,65 millones de euros).

Los líderes golpistas justificaron que su acción militar fue la respuesta a la masiva corrupción, el abuso de poder ejercido por Shinawatra y a la incapacidad de su Gobierno para resolver el conflicto que se libra en la región musulmana del sur de Tailandia, donde la violencia ha causado más de 1.700 muertos en los últimos 21 meses.