Javier Di Napoli

La temporada de calor ya lleva varios días y sin embargo muchas veces cuesta encontrar un taxi con aire acondicionado, pese a que es una prestación obligatoria si la temperatura es elevada o si el pasajero lo pide. “Se me rompió ayer”, o “recién lo apago porque recalentaba” son algunas de las excusas que tienen bajo la manga los tacheros en caso de la requisitoria del cliente. La Municipalidad asegura que hay controles pero que la clave es la denuncia de los usuarios, mientras que los peones al volante apuntan a los dueños de los coches y temen por su salud.

Los propios choferes reconocen que el servicio es, en ese sentido, deficitario. Pero aseguran que en muchos casos se debe a una medida que llega desde arriba: “No es en todos los casos, pero muchos titulares desconectan el equipo de aire para que el motor no sufra y para gastar menos”, señaló el titular del Sindicato de Peones de Taxis, Horacio Boix, renovando la queja del año pasado.

“Los choferes que tienen que trabajar sin aire doce horas, con temperaturas de 38 grados, como hemos tenido, ponen en riesgo su vida”, advirtió, en relación a varios casos ya registrados de golpes de calor entre los trabajadores del sector.

“Además, se trata de un servicio que, si el auto viene equipado, hay que brindarlo",  consideró en contacto con Rosario3.com, y agregó con ironía: "¡Después queremos aumentar la tarifa!”.

Por otro lado, Boix pidió que los controles en las calles sean “más exhaustivos”, porque, al margen de eso, el funcionamiento del aire acondicionado “se controla sólo en la inspección técnica, y eso es cada seis meses en los autos más viejos”.

El mejor inspector es el usuario 

Desde la Secretaría de Servicios Públicos municipal sostuvieron que se mantienen los operativos permanentes con 50 inspectores en las calles para monitorear a las 3.600 chapas existentes en Rosario.

“Todos los días se pide la papelería y se revisa el funcionamiento general”, indicó a este medio el director general de Fiscalización del Transporte, Henry Fabro. Pero aclaró que resulta difícil la tarea de establecer si el aire se prende o no durante los viajes con pasajeros.

En ese sentido, remarcó que la mejor forma de detectar irregularidades es a través de las denuncias de los usuarios.

Cómo y dónde reclamar

La Dirección de Fiscalización tiene habilitado un teléfono para estos casos: 480-2756. Allí, se reciben todo tipo de quejas sobre los servicios de transporte.

“Es importante que el pasajero pida el ticket al final del viaje para hacer la denuncia. Con los datos que figuran ahí se puede establecer quién es el propietario del taxi”, sugirió Fabro.

Por último, subrayó que la mayoría de los vehículos de la actual flota no tienen más de cinco años de antigüedad, por lo que “todos poseen aire”. Pero que “al margen de la obligatoriedad, muchos manifiestan que lo utilizan porque ni ellos pueden trabajar; aunque al tener que usarlo 24 horas les puede traer inconvenientes técnicos”.

Según los especialistas, tener encendido el aire acondicionado incrementa en un 15 por ciento el consumo de combustible, aunque el sistema puede funcionar todo el día mientras el auto esté prendido.

Falta de información

Para Christian Galindo, titular de la Red Argentina de Consumidores, confluyen dos inconvenientes para que el usuario se transforme en el ente regulador: “Primero, que la gente no conoce que existe la obligatoriedad del aire acondicionado dentro de la prestación del servicio del taxi. Y segundo, no sabe dónde reclamar”.

“No creo que sea difícil fiscalizar que los aires estén funcionando, o en perfectas condiciones de uso –opinó Galindo–; en todo caso, debería haber una campaña de difusión e información para los usuarios”.

Para quejas, la Red Argentina de Consumidores atiende en 3 de Febrero 2074.